miércoles, 17 de enero de 2024

ISRAEL, UN PAÍS ENFERMO DE PSICOPATÍA (4ª PARTE)



Joven sionista: “¿Qué quieres decir con que eres dueño de tu casa?” “Esta tierra judía es mi tierra. Dios me lo dio. Vete a la mierda. Tu casa es mía. Voy a matarte.”


Un soldado sionista alardea y se mofa de haber matado a bebés y niños palestinos en Gaza, en una videollamada: “Estamos buscando bebés pero ya no quedan, tal vez maté a una niña que tenía 12 años pero buscamos bebés”.



Después de que Tel Aviv entregara los cuerpos de 80 palestinos muertos y los devolviera a Gaza a través del cruce de Kerem Shalom (Karam Salem) sus familiares encontraron que se habían sustraído órganos de los cadáveres.



El Ministro de patrimonio israelí cree que Israel debería encontrar algo más doloroso que la muerte para los palestinos:



Este tipo de declaraciones por parte de los dirigentes israelíes no es la excepción, sino la tónica general. Las declaraciones de los políticos se mueven en una retórica aberrante que oscila entre lo sanguinario y lo inhumano. El discutido Netanyahu declaraba recientemente: "esto es una guerra entre la luz y la oscuridad, entre la humanidad y la barbarie" (ocultando que la barbarie, en el siglo XXI, es emprender una guerra de exterminio como la que ha lanzado contra Gaza). Herzog: "la entera nación palestina es responsable. No es válida la retórica de que los civiles no estaban involucrados. Por eso lucharemos hasta que destruyamos su columna vertebral". El ministro de defensa, Yoav Galant: "luchamos contra animales humanos. Eliminaremos todo". El antes citado Eliyahu: "el norte de Gaza está más bonito que nunca. Todo está destruido y arrasado, simplemente es un placer para la vista". Moshe Feiglin, por su parte, propone "derogar todas las leyes y aprovechar el Holocausto que vivimos y desechar todas las leyes para que podamos lograr una victoria aplastante y dolorosa, lo que significa tres cosas: ocupación, desplazamiento y asentamiento".



El analista israelí y veterano de la Unidad 8200 Eliyahu Yossian afirmó en otra entrevista reciente que los bebés y los niños palestinos son enemigos de Israel: "La mujer allí es un enemigo, el bebé allí es un enemigo y el niño de primaria es un enemigo".



El jefe del Consejo de Metula, David Azoulai, declaró el mes pasado que Israel debería limpiar étnicamente Gaza y hacer que "se parezca al campo de concentración de Auschwitz".



Y si se trata de asesinar niños, las autoridades religiosas respaldan la reedición de la matanza de los inocentes:



En septiembre, cuando Elon Musk fue convocado ante un sanedrín digital para hablar con los líderes de la comunidad judía, uno de los oradores fue el muy influyente rabino Mannis Friedman. En respuesta a la pregunta "¿Cómo deben tratar los judíos a sus vecinos árabes?", Friedman escribió lo siguiente en una publicación judía: "No creo en la moral occidental, es decir, no mates a civiles ni a niños, no destruyas lugares sagrados, no luches durante las fiestas, no bombardees cementerios, no dispares hasta que ellos disparen primero porque es inmoral ... La única manera de luchar en una guerra moral es a la manera judía: Destruir sus lugares sagrados. Matar hombres, mujeres y niños (y ganado)".



Y, por supuesto, cualquier oposición a esta campaña explícita de limpieza étnica es tachada de "antisemita" por los medios de comunicación controlados por el "lobby" judío. Porque ellos son las víctimas.



No solo el victimismo de los verdugos provoca náuseas. La piedad hacia los civiles asesinados, la solidaridad con el sufrimiento del pueblo palestino y las llamadas a la paz y a la reconciliación te convierten automáticamente no solo en enemigo de Israel, sino en objetivo de su venganza. Tu empatía te condena. Escribe "libertad para Palestina" en redes sociales y los matarifes te anotarán en su lista.



El bloqueo completo de Gaza ha dejado a la población civil sin suministros de agua, alimento y medicinas, lo que constituye un crimen de guerra tipificado por el derecho internacional. Un 93% de la población de Gaza se enfrenta a una situación de hambruna con elevados niveles de malnutrición. El 60% de las casas ha sido destruído. Alrededor de 1779 familias han perdido múltiples miembros. Los niños son quienes más acusan el genocidio en marcha: "10.000 menores han muerto. Alrededor de 1000 niños han perdido una o dos piernas [...] 80% de la infancia palestina ha experimentado stress extremo [...] 79% mutismo reactivo, 59% autolesiones, 55% pensamientos suicidas". A esta barbarie es a lo que Israel llama "combatir el terrorismo".



Al Shaima Akram, la estudiante con el promedio más alto de toda Palestina 2023 en el Tahuyiji [Exámen a los bachilleres para ingreso a la universidad] fue asesinada el pasado octubre junto a toda su familia en su casa de Nuseirat por el ejército israelí. Su muerte es un símbolo de cómo el estado hebreo está destruyendo el futuro de los palestinos: sus cuatro universidades, junto con numerosas mezquitas y todo tipo de edificios históricos y culturales han sido arrasados por las bombas israelíes.



Israel está vulnerando cada uno de los preceptos de la Convención contra el Genocidio ante el silencio cómplice de occidente y la colaboración activa de los EE.UU., convertidos en cooperante necesario de una limpieza étnica que averguenza a cualquier ser humano dotado de empatía y sentido de la justicia.


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