jueves, 7 de septiembre de 2023

LA PROTEÍNA SPIKE QUE PRODUCE LA "VACUNA" COVID ES UN TÓXICO QUE ENVENENA EL ORGANISMO (4ª PARTE)



Posible integración del ARNm en el ADN


Todos los científicos reconocen que desconocemos los riesgos a largo plazo de esta vacuna. Lo más importante sería que este ARNm o ADN se integre en nuestro genoma y produzca proteína de pico. Este tipo de fenómeno, además de producir el "spike" de forma continua, también puede interferir a nivel del genoma en genes promotores de tumores e inducir cánceres. Este es un fenómeno posible y descrito, llevado a cabo por enzimas del tipo transcriptasa inversa (de ARN a ADN).

La posibilidad que resultaría más preocupante es la de que el ARN se integre permanentemente al ADN (al menos dos enzimas en el cuerpo humano son capaces de hacerlo) (Zhang, L et al., 2021) (Chandramouly G et al., 2021) . Allí se produciría entonces un brote de cáncer que podría observarse entre uno y diez años. También pueden producirse enfermedades neurológicas y autoinmunes (Seneff S y Nigh, 2021).

Nota sobre adyuvantes


Algunos de los nanolípidos utilizados por Pfizer o Moderna para encapsular el ARNm nunca se han utilizado, ni por inyección ni por vía oral, y no se presentan en el sitio de referencia de la ECHA (nanolípidos de tipo ALC-1059), además de que sus subproductos (N, N-Dimetiltetradecilamina, ...) son reconocidos carcinógenos potenciales (EMA, 2021).

También existe la presencia de adyuvantes alergénicos, como el PEG, que pueden provocar un shock anafiláctico (Shiraishi K et al., 2019) (Kounis NG et al., 2021)

Un punto preocupante, además de la toxicidad de la proteína espiga, es que también se sabe que estos naonolípidos causan problemas de coagulación. De hecho, Moderna lo admite, incluso si se lee la patente sobre la inyección de vacuna de ARNm encapsulada en nanolípidos, que es la base de la técnica de las vacunas actuales: WO 2017/099823 Al. Composiciones y métodos de administración de agentes terapéuticos, 15 de junio de 2017.

"En algunas realizaciones, la reacción adversa incluye coagulopatía, coagulación intravascular diseminada (CID), trombosis vascular, pseudoalergia relacionada con la activación del complemento (CARPA), respuesta de fase aguda (APR), o una combinación de estas».

¡Esta patente prevé incluso la adición de anticoagulantes y antialérgicos!:

“En algunos casos, el agente (molécula que se puede agregar) inhibe la activación plaquetaria. En algunas realizaciones, el agente es un inhibidor de la agregación plaquetaria. El inhibidor de la agregación plaquetaria puede ser aspirina o clopidrogrel (PLAVIX®). En ciertos casos, el inhibidor de la agregación plaquetaria se selecciona de aspirina/pravastatina, cilostazol, prasugrel, aspirina/dipiridamol, ticagrelor, cangrelor, elinogrel, dipiridamol y ticlopidina. En algunas circunstancias, el agente inhibe el CD36” (Moderna, 2017). 

¡Se observa claramente que los efectos nocivos de estos nanolípidos tienen mucho en común con los de COVID, incluso en su modo de acción inflamatorio (Bumiller-Bini V et al., 2021)!

Conclusión

Por todas las razones expuestas en este artículo y respaldadas por la literatura científica, los daños graves y las muertes observadas con las vacunas de tipo ARNm y ADN, apresuradamente consideradas "vacunas" incluso si producen anticuerpos contra el SARS-CoV2, pueden explicarse por mecanismos biológicos y bioquímicos.

Esta toxicidad, en particular debida a la proteína de espiga o pico, se conoce desde hace más de diez años. Algunos de los adyuvantes y nanolípidos que rodean el ARNm también son motivo de preocupación y pueden contribuir a los graves efectos secundarios observados, entre ellos, en particular, la trombosis.

No tenemos suficiente visión retrospectiva de estas tecnologías genéticas, como las llama el propio inventor, Robert Malone. Sería más prudente recomendar vacunas clásicas (a pesar de los riesgos también presentes de ADE) o con una proteína de pico desactivada y adyuvantes más seguros y conocidos. (...)

Asistimos, por tanto, a una experimentación totalmente a ciegas a escala planetaria, y esto es inaceptable, porque se ignora totalmente el riesgo, sobre todo teniendo en cuenta la mortalidad y la baja letalidad del Covid. La letalidad (mortalidad entre las personas que contraen la enfermedad) se sitúa de media, en todo el mundo, entre el 0,5 y el 1%, frente al 0,1% de la gripe (datos de John Hopkins, julio de 2021).

Todavía hay tiempo para sopesar los beneficios reales y los riesgos reales de esta "vacunación" incapaz de prevenir la transmisión, en particular entre los jóvenes, que se ven muy poco afectados por la enfermedad. No perdamos de vista que la vacunación, además de las poblaciones de riesgo, se dirige a sujetos sanos, a quienes la ética impone no ponerlos en riesgo.

"Primum non nocere".

Dr Jean-François Lesgards
(Fuente: https://www.francesoir.fr/; traducción: Astillas de Realidad)

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