lunes, 18 de septiembre de 2023

LA MITAD DE LOS "VACUNADOS" COVID FABRICARÁN PROTEÍNA SPIKE DE FORMA PERMANENTE



Se ha demostrado que es falsa otra afirmación generalizada sobre la "seguridad" y la "eficacia" de las "vacunas" contra el coronavirus Wuhan (COVID-19).

Investigadores de Italia y el Reino Unido han descubierto que, contrariamente a lo que afirma el gobierno, las proteínas espiga de las vacunas antigripales de Fauci persisten en los brazos de los receptores durante al menos seis meses después de la inyección.

Hasta ahora, la versión oficial era que las proteínas de las inyecciones covid eran "inofensivas" y permanecían en el brazo sólo un par de días. Se nos dice que, como mucho, el cuerpo sólo seguirá fabricando proteínas espiga durante muy poco tiempo, suponiendo que la persona haya recibido la variedad de ARNm.

Ahora sabemos que el cuerpo de una persona totalmente pinchada sigue produciendo proteínas espiga indefinidamente. Los investigadores lo confirmaron, incluso excluyendo la posibilidad de contaminación cruzada o infección con alguna cepa de COVID que circula libremente.

Para llevar a cabo su investigación, los científicos utilizaron una prueba sensible basada en la espectrometría de masas que fue ajustada para buscar específicamente una secuencia de aminoácidos que sólo existe en la proteína espiga inducida por la inyección.

En su página web, Igor Chudov explica cómo los tipos de ARNm de la inyección están programados genéticamente para producir proteínas espiga, la parte del virus SARS-CoV-2 que permite al COVID penetrar en las células humanas.

"Durante el proceso de penetración, llamado 'fusión', la proteína espiga viral cambia de forma, convirtiéndose en una especie de lanza que penetra en la superficie celular", escribe.

Al principio nos prometieron que los fabricantes de inyecciones, Pfizer-BioNTech y Moderna, habían programado sus respectivas vacunas para que dejaran de producir proteínas espiga después de cierto punto. Resulta que se trataba de información falsa basada en afirmaciones falsas.

"La única modificación que hicieron tanto Pfizer como Moderna fue 'estabilizar por prefusión' la proteína espiga codificada en la vacuna para evitar que cambiara de forma y fuera más estable en el cuerpo humano", explica Chudov.

Para asegurarse de que sus conclusiones eran correctas, el equipo de investigación también realizó las mismas pruebas en un grupo de control de personas que nunca se habían vacunado contra la COVID. Esto no hizo más que demostrar que quienes recibieron la inyección son ahora fábricas de proteínas en forma de espiga.

"Resulta que sólo las personas del subgrupo vacunado eran portadoras de la proteína espiga derivada de la vacuna", dice Chudov, señalando que el fragmento espiga identificador se encontró en el 50 por ciento de las muestras biológicas totalmente vacunadas analizadas.

"Y lo que es peor, ¡la proteína espiga de la vacuna se encontró hasta seis meses después de la última dosis!".


¿El ARNm de las inyecciones COVID se integra o se vuelve a transcribir en células humanas?

Es importante tener en cuenta que el estudio se diseñó para buscar fragmentos de espigas sólo durante seis meses. Si se hubiera diseñado para ir más allá, lo más probable es que el estudio hubiera descubierto que las proteínas de las espigas siguen formándose en el interior de los cuerpos de los vacunados durante años, si no para siempre.

Debido a que las inyecciones se lanzaron a toda velocidad -aunque muchos creen ahora que estas vacunas se desarrollaron posiblemente hace décadas, y sólo se hizo que pareciera que se lanzaron al mercado una vez que llegó COVID- no se realizaron suficientes pruebas de seguridad.

En cuanto a por qué las proteínas espiga siguen produciéndose indefinidamente en las personas totalmente vacunadas, los investigadores presentaron tres teorías especulativas:

1) Que el ARNm de las inyecciones puede integrarse o volverse a transcribir en algunas células.

2) Que las pseudouridinas en una determinada posición de la secuencia inducen la formación de una proteína espiga que siempre es constitutivamente activa.

3) Que la nanopartícula que contiene ARNm sea captada por bacterias normalmente presentes a nivel basal en la sangre.

Los investigadores creen que la opción 2 es poco probable, y la opinión de este autor basada en todo lo que ha salido desde el inicio de COVID es que la opción 1 es muy probable que desempeñe un papel importante, si no el dominante, en la producción interminable de la proteína espiga.

La opción 1, por cierto, también se conoce como transcripción inversa. Significa que el ARNm de la vacuna pasa a formar parte del genoma del ADN humano, convirtiendo a la persona en un organismo modificado genéticamente (OMG).


Por cierto, el virus VIH, que se cree que causa el sida, también realiza la transcripción inversa y se integra en el ADN humano. Una vez que esto ocurre, el cuerpo de una persona produce sin cesar copias del VIH, de ahí que no haya cura para el VIH, sólo supresión con medicamentos.

"Del mismo modo, las células humanas con el código genético de la vacuna COVID transcrito de forma inversa también pueden producir interminablemente la proteína espiga durante toda la vida de los individuos afectados", afirma Chudov.

Todo esto puede explicar también la tolerancia inmunitaria IgG4, que disminuye la respuesta inmunitaria de una persona a todo, haciéndola más susceptible a cualquier enfermedad que aparezca, igual que le ocurre a una persona con VIH o SIDA.

"El estudio de Brogna et al. que estamos comentando nos muestra el mecanismo de por qué se desarrolla la tolerancia inmunitaria a la proteína espiga", concluye Chudov.

"La razón es que la proteína espiga, producida sin fin, parece un 'irritante ambiental' para el organismo vacunado en lugar de ser vista como un intruso peligroso".

Las consecuencias de la "vacuna" COVID no han hecho más que empezar.

Ethan Huff
(Fuente: https://www.naturalnews.com/; visto en http://www.verdadypaciencia.com/)

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