sábado, 11 de febrero de 2023

ESTUDIO DEL PROPIO FAUCI ADMITE LA INEFICACIA DE LAS INYECCIONES COVID



El artículo de Cell.com del Dr. Fauci y colegas, explica por qué las inyecciones contra el covid no pueden prevenir el covid y las vacunas contra la gripe actuales no pueden prevenir la gripe.


Como si de la versión médica del Dr. Jeckyll y Mr. Hyde se tratara, Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergia y Enfermedades Infecciosas de los EE.UU. (NIAID) desde tan lejana fecha como el año Orwell, parece escindido en dos figuras irreconciliables: el asesor presidencial que promovió medidas draconianas para contener el virus indemostrado y el riguroso investigador que lleva décadas estudiando las limitaciones de las vacunas.

A esta segunda faceta pertenece su participación en un estudio publicado el pasado mes de enero y que firma junto a David M. Morens y Jeffrey K. Taubenbergen y que, paradójicamente, pone una nota de fundado escepticismo frente al furor vacunal del "otro" Fauci (¿estará intentando eludir sus responsabilidades penales alegando doble personalidad?).


Este es el resumen que "Ciencia y salud natural" hace del estudio:

A medida que surgieron cepas variantes del SARS-CoV-2, se hicieron evidentes las deficiencias en estas «vacunas» (Covid) que recuerdan a las vacunas contra la influenza. Las vacunas para estos dos virus muy diferentes tienen características comunes: obtienen una protección incompleta y de corta duración contra variantes de virus en evolución que escapan a la inmunidad de la población.

Esta observación plantea una cuestión de importancia fundamental: si las infecciones virales respiratorias naturales de las mucosas no provocan una inmunidad protectora completa y a largo plazo contra la reinfección, ¿cómo podemos esperar que las vacunas, especialmente las vacunas no replicantes administradas sistémicamente, lo hagan?

A partir de 2022, después de más de 60 años de experiencia con las vacunas contra la influenza, se han observado muy pocas mejoras en la prevención de infecciones por vacunas.

La efectividad de las vacunas actuales contra la influenza clínicamente aparente es decididamente subóptima, oscilando entre el 14 % y el 60 % durante las últimas 15 temporadas de influenza. Además, la duración de la inmunidad provocada por la vacuna se mide solo en meses. Las vacunas actuales requieren una revacunación anual con formulaciones actualizadas que con frecuencia no coinciden con precisión con las cepas de virus circulantes. La aceptación de la vacuna por parte del público en general no es la ideal.

Luego, Fauci continúa explicando por qué la naturaleza respiratoria del Sars-Cov-2 ni siquiera da lugar a la posibilidad de encontrar una respuesta inmunitaria transmitida por la sangre.

En marcado contraste, los virus respiratorios no sistémicos, como los virus de la influenza, el SARS-CoV-2 y el RSV, tienden a tener períodos de incubación significativamente más cortos y cursos rápidos de replicación viral. Se replican predominantemente en el tejido mucoso local, sin causar viremia (Viremia es una condición médica donde virus entran al torrente sanguíneo y logran tener acceso al resto del cuerpo), y no se encuentran de manera significativa con el sistema inmunitario sistémico o con toda la fuerza de las respuestas inmunitarias adaptativas, que tardan al menos 5 a 7 días en madurar, generalmente mucho después del pico de replicación viral y transmisión posterior a otros.


En ausencia de viremia el covid manifiesta «ARNemia» (circulación de ARN viral en el torrente sanguíneo, como se observa en la mayoría de las infecciones por virus respiratorios de las mucosas, a diferencia de la viremia, en la que los virus infecciosos se pueden cultivar a partir de la sangre). Como resultado, los virus respiratorios que no se replican sistémicamente tienden a volver a infectar repetidamente a las personas a lo largo de su vida sin que obtengan nunca una protección completa y duradera.

Otro factor importante a considerar es que, aunque los virus de ARN comparten una tasa de error de polimerasa de ARN dependiente de ARN inherente similar, diferentes virus (y diferentes marcos de lectura abiertos dentro de sus genomas) difieren en su tolerancia a la mutación. Las restricciones mutacionales pueden estar relacionadas con frecuentes marcos de lectura abiertos superpuestos o restricciones funcionales en la adquisición de mutaciones no sinónimas como es el caso, por ejemplo, del virus del sarampión.

Por el contrario, las proteínas externas de hemaglutinina y neuraminidasa del virus de la influenza A son comparativamente plásticas, y las mutaciones no sinónimas seleccionadas positivamente dan como resultado una deriva antigénica inmunológicamente significativa.

La deriva antigénica rápida afecta el control de las epidemias anuales de influenza y complica el esfuerzo por producir vacunas contra la influenza “universales” y de amplia protección. La proteína espiga o spike del SARS-CoV-2 ha mostrado una plasticidad similar, con la aparición de múltiples variantes con antigenicidad alterada que ha complicado su control a través de las actuales estrategias de vacunación.

Fauci y su «ciencia» fianciada por el Grupo economico Vanguard y el Foro Económico mundial todavía están inyectando el ARNm original que codifica la cepa de Wuhan, bien entrado el quinto año calendario de la pandemia, siendo plenamente conscientes de que las mutaciones han hecho que esas inyecciones sean «menos que subóptimas».

Fauci y su conocimiento sobre la tolerancia inmunológica

El Dr. Fauci muestra una gran familiaridad con “tolerancia inmune”, una condición que afecta a los receptores de múltiples inyecciones de ARNm:

Los términos «tolerancia a la enfermedad» y «tolerancia inmunitaria» se refieren a la categoría aún incompleta pero distinta de los mecanismos de defensa inmunitaria de los mamíferos que permiten a los huéspedes «aceptar» la infección y otros estímulos antigénicos para optimizar la supervivencia.

Debido a que los humanos inhalan e ingieren enormes cantidades de proteínas exógenas con cada respiración y cada bocado, los compartimentos inmunitarios respiratorios y gastrointestinales han evolucionado para hacer frente a ataques antigénicos continuos y masivos del mundo exterior. Las proteínas inhaladas e ingeridas deben identificarse y tolerarse o ser atacadas y eliminadas.

Esta no es la primera vez que descubrimos que Fauci es consciente de la tolerancia inmunológica y, sin embargo, continúa impulsando las inyecciones de ARNm covid-19 que inducen tolerancia.

Fauci luego especula sobre lo que se puede hacer para crear una “nueva generación de vacunas”. Su hipotesis y la de sus coautores es muy superficial sin una base teórica. Es alarmante que estas personas presionan oficialmente por vacunas que saben que son «menos que subóptimas».

Fauci explicó en el estudio citado por qué una respuesta sanguínea (humoral) inducida por la «vacuna» contra el Sars-Cov-2 nunca detendría las infecciones respiratorias. Y, sin embargo, nos mintió durante tres años sobre cómo las inyecciones serían la clave para «salir de la pandemia» y llegar a la inmunidad colectiva.

(Fuente: https://cienciaysaludnatural.com/)

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