LA DESVERGÜENZA CON QUE ALGUNOS INTENTAN "ESCURRIR EL BULTO"

El ex ministro de Sanidad y líder del PSC, Salvador Illa, ha reconocido que el Gobierno de Pedro Sánchez «carecía de datos» que avalaran que el confinamiento decretado en febrero de 2020 fuera la decisión correcta para intentar contener la pandemia del Covid-19. «Hubo cosas que se podían haber hecho de otra manera y que el paso del tiempo ha hecho ver que no eran del todo correctas», ha asegurado.

«La gestión de la pandemia se realizó con un respeto escrupuloso a la legislación», puntualizó Illa el martes durante su participación en el Foro de la Asociación de Directivos y Ejecutivos de Aragón (ADEA), en Zaragoza, olvidando que el Tribunal Constitucional llegó a declarar inconstitucionales los dos estados de alarma que decretó el Ejecutivo -"tan respetuoso con la legislación"- al que pertenecía.

El que fuera titular de Sanidad ha remarcado que «Todos los sistemas de gobernanza del mundo se vieron tensionados y se creó un clima de mucha complicidad», tal vez sin reparar en que, por definición, los cómplices, en el sentido denotativo del término, suelen serlo del delito.

Y no es muy halagüeño el horizonte penal del ex-ministro de la triste figura, objeto de una querella del sindicato de médicos por las mascarillas-fake que compró a un precio sospechosamente hinflado y que tardó una semana en retirar desde que supo que eran defectuosas. Eso son reflejos, y nos los que da el champú con camomila.

Sí, campeón de la perplejidad de paradójico nombre, las cosas se podían haber hecho mejor. Lo inconcebible hubiera sido haberlas hecho aún peor.