viernes, 10 de junio de 2022

EL USO DE VACUNAS PARA MATAR A LOS "COMEDORES INÚTILES" CONSTITUYE LA FASE ACTUAL DE LA GUERRA BIOLÓGICA PARA REDUCIR LA POBLACIÓN



"Final Warning: A History of the New World Order" ("Aviso final: una historia del nuevo orden mundial"), libro de David Rivera, anticipó en 2004 la búsqueda de virus para la despoblación, previendo incluso cómo serían modificados mediante la ganancia de función.


El Club de Roma, un "think tank" (grupo de reflexión) formado por científicos, altos responsables económicos y funcionarios, se dio a conocer en todo el mundo al abogar por la estabilización de la población y la producción a escala mundial, lo que solo puede entenderse como la planficiación de un genocidio para eliminar a las personas que la élite ha etiquetado como "comedores inútiles”.

Este genocidio será realizado a través de guerras "dirigidas" en los países avanzados, e incluso un ataque nuclear limitado en un lugar estratégico; así como mediante las hambrunas y las enfermedades creadas en los países del tercer mundo.

Con anterioridad, la novela de Taylor Caldwell de 1976, "Ceremonia de los inocentes", anticipó el "modus operandi" de esta élite totalitaria globalista: "...no habrá paz en un mundo convulsionado, sólo una serie programada y sistemática de guerras y calamidades, hasta que los conspiradores logren su objetivo: una humanidad agotada y dispuesta a someterse a una economía planificada marxista y a una subyugación total en nombre de la paz."

¿Están ya en marcha los planes de genocidio?

En 1969, en una audiencia de Asignaciones de la Cámara, la Unidad de Guerra Biológica del Departamento de Defensa de los EE.UU. solicitó fondos para desarrollar, mediante diseño genético, una nueva enfermedad que resistiera todo tratamiento y destruyera el sistema inmunológico de las víctimas. Recibieron 10 millones de dólares, para producir "un agente biológico sintético, que no exista en la naturaleza y para el cual no se pueda adquirir inmunidad natural".

En el Boletín de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de 1972, volumen 47, página 251, se afirma: "Debería intentarse comprobar si los virus pueden ejercer de hecho efectos selectivos sobre la función inmunitaria. Se debe considerar la posibilidad de que la respuesta inmunitaria al propio virus se vea afectada si el virus daña, de forma más o menos selectiva, la célula que responde al virus.

Los derivados de ovejas y vacas se han utilizado habitualmente para fabricar vacunas, sin embargo, algunos virus comunes a estos animales pueden interactuar indefinidamente, formando una nueva cepa de virus mortales llamados retrovirus.

El Dr. Robert Strecker, gastroenterólogo en ejercicio con un doctorado en farmacología, que fue contratado como consultor para trabajar en una propuesta de atención sanitaria para el Security Pacific Bank, declaró: "No creo que haya ninguna duda de que el SIDA es un problema creado por el hombre. La cuestión es si se creó ya sea accidental o intencionadamente. Creo que el virus del SIDA fue programado, producido y desplegado".

La teoría más común sobre el origen del SIDA es que procedía de los monos verdes de África. Sin embargo, varios virólogos han afirmado que el virus del SIDA no se da de forma natural en ningún animal. Además, habría sido estadísticamente imposible llegar al punto en el que nos encontramos ahora a partir de un solo episodio. Si el virus del SIDA se hubiera originado en los monos, entonces, la enfermedad habría surgido entre los pigmeos, que están más cerca de ellos y los utilizan como fuente de alimento, y sin embargo apareció primero en las ciudades. Otra evidencia inexplicable es el hecho de que el sida se produjo casi simultáneamente en Estados Unidos, Haití, Brasil y África Central.

Las investigaciones de Strecker indicaron que el virus del SIDA (nombre en clave "MKNAOMI") fue desarrollado por el Centro de Investigación Oncológica del Instituto Nacional del Cáncer, en cooperación con la OMS, en los laboratorios de Fort Detrick, Maryland (que hasta 1969 formaban parte de la unidad de guerra bacteriológica del ejército estadounidense) combinando el virus de la leucemia bovina y el virus ovino visna-maedi inyectados en cultivos de tejidos humanos.


El virus de la leucemia bovina es mortal para las vacas, pero no para los humanos; y el virus visna es mortal para las ovejas, pero no para los humanos. Sin embargo, cuando se combinan, producen un retrovirus que puede cambiar la composición genética de las células en las que penetran.

Strecker afirmó: "Si se analizan los genes del virus del SIDA humano y los genes del virus de la leucemia bovina del ganado y del virus visna de las ovejas, y se comparan, los genes parecen estar relacionados. ¿Cómo es posible que el virus visna bovino -que se parece al SIDA y que desde 1972 se sabe que produce neumonía por pneumocystis carinii en chimpancés- no fuera analizado y comparado con el SIDA ... hasta 1987, cuando la revista Nature publicó "Caracterización y clonación molecular del virus Lente (en latín, 'lento') bovino relacionado con el virus de la inmunodeficiencia humana".

Matthew Gonda, el autor, describió un virus parecido al SIDA, denominado virus visna bovino, y sugirió que estaba muy relacionado con el SIDA y que bien podría ser su precursor".

El 11 de agosto de 1988, Ted Strecker, hermano del Dr. Strecker, fue encontrado muerto a tiros en su casa de Springfield, Missouri. Su muerte fue calificada de suicidio.

El 22 de septiembre de 1988, el representante del estado de Illinois Douglas Huff, de Chicago, fue encontrado muerto en su casa. La autopsia reveló que había muerto de un derrame cerebral tras una sobredosis de cocaína y heroína.

Resulta que Douglas Huff apoyó firmemente el trabajo del Dr. Strecker para exponer el encubrimiento del SIDA. ¿Coincidencia o conspiración?

(Nota: Había un programa de vacunación contra la viruela en África por la OMS. Algunos investigadores creen que el programa de vacunación contra la viruela de 1972 se utilizó para introducir el virus en la población).

El 11 de mayo de 1987, el London Times publicó un artículo titulado "Virus del SIDA desencadenado por la vacuna contra la viruela", escrito por el redactor científico Pearce Wright, que relacionaba el programa de vacunación masiva de la Organización Mundial de la Salud en la década de 1970 con la epidemia de sida, ya que África central estaba en el centro del programa, y se convirtió en la zona más afectada del mundo.

Aunque en África el SIDA generalmente se considera una enfermedad heterosexual, en los Estados Unidos tiene el estigma de ser una enfermedad "gay". Antes de 1978, no había ninguna señal de la presencia del virus del SIDA en EE.UU., sin embargo, ese año, la enfermedad empezó a golpear mortalmente a la comunidad homosexual.

La evidencia apunta a la introducción de una vacuna experimental contra la hepatitis B. En 1969, el Dr. W. Schmugner, un médico polaco que se educó en Rusia, llegó a los Estados Unidos, donde se convirtió en director del Banco de Sangre de la ciudad de Nueva York. Estableció pautas para un estudio de vacuna contra la hepatitis, y solo se incluyeron en el estudio hombres promiscuos de entre 20 y 40 años, lo que ha llevado a algunos a creer que así fue como se introdujo el virus en la población gay.

En 1978, más de 1000 hombres adultos homosexuales no monógamos recibieron una vacuna experimental contra la hepatitis B, que fue patrocinada por el Instituto Nacional de Salud y el Centro para el Control de Enfermedades. Con la vacuna contra la Hepatitis, que no se produce a partir de un cultivo de tejido humano, es imposible que haya una contaminación accidental, lo que parece indicar que el virus del SIDA se introdujo intencionalmente en la vacuna.

En 1981, el Centro para el Control de Enfermedades (CDC) informó que el 6% de los que recibieron la vacuna contra la hepatitis estaban infectados con SIDA, pero en 1984 admitieron que en realidad era el 64%. Estos estudios de vacunas contra la hepatitis están ahora en posesión del Departamento de Justicia en Washington D.C.

Un informe de febrero de 1985 en la revista médica británica Lancet consideró: "Hay poca evidencia de actividad homosexual entre los pacientes africanos con SIDA (y) parece transmitirse a través del contacto heterosexual o la exposición a la sangre a través de las picaduras de insectos...". El 9 de enero de 1985, un equipo de investigadores del Instituto Nacional del Cáncer, el Laboratorio de Biología de Células Tumorales y el Instituto de Medicina Tropical afirmó que “los retrovirus humanos podrían ser transmitidos por mosquitos o dentro del propio parásito”.

En un informe publicado en la edición de octubre de 1981 de Science, el hematólogo de Boston Dr. Jerome Groopman y los investigadores del Instituto Nacional de Salud dijeron que la recuperación del virus del SIDA “a partir de la saliva sugiere que se debe evitar el contacto directo con este fluido corporal”. ..." El 11 de enero de 1985, el Centro para el Control de Enfermedades informó:

“Existe el riesgo de infectar a otros por... la exposición a través del contacto oral-genital o besos íntimos (beso ‘francés’)”. El Dr. Richard Restak, un neurólogo de Washington, hizo esta declaración:

“En este punto, el virus vivo del SIDA se ha aislado de la sangre, el semen, el suero, la saliva, la orina y ahora las lágrimas. Si el virus existe en estos fluidos, lo que sabemos aconseja que asumamos la posibilidad de que también pueda transmitirse por estas vías. Parece razonable, por lo tanto, que las víctimas del SIDA no deban donar sangre o productos sanguíneos, no deban contribuir a los bancos de semen, no deban donar tejidos u órganos a los bancos de órganos, no deban trabajar como técnicos dentales o médicos, y probablemente no deban ser empleados como manipuladores de alimentos.”

El profesor William Haseltine de la Escuela de Medicina de Harvard, en una presentación ante una audiencia universitaria, dijo que cualquiera “a quien se le diga que el SIDA no se contrae con la saliva no se le está diciendo la verdad. De hecho, el SIDA puede ser transmisible a través de lágrimas, saliva, fluidos corporales y picaduras de mosquitos”.

El SIDA es una epidemia que no se detendrá. Los científicos que crearon este virus mortal, han creado un virus que se multiplica 100 veces más rápido que la gripe.

Tal como dice el refrán, un abogado no pregunta a un testigo en un juicio algo cuya respuesta no conoce ya. El mismo razonamiento se puede aplicar aquí: los Illuminati no desencadenarían una enfermedad para la que aún no tienen una cura.

El hermano R.G. Stair, un conocido radioevangelista, había recibido una carta anónima que parecía confirmar esta teoría. El remitente afirmaba ser un biólogo molecular que trabajaba en el mismo laboratorio que el Dr. Robert C. Gallo (el biólogo molecular reconocido como co-descubridor del virus del SIDA).

El anónimo remitente afirmó que existe una vacuna contra el SIDA ahora disponible y que se han producido 500 millones de dosis de la misma. Y ahora viene el bombazo.

El remitente descubrió de forma accidental que Gallo había creado el virus del SIDA, y encontró en su oficina un par de cartas de altos funcionarios del gobierno mencionando el Nuevo Orden Mundial.

En 1961, en un laboratorio de Litton Bionetics (que trabajaba con el Laboratorio de Investigación Biomédica de la Marina, en asociación con la Universidad de California) se estaban realizando experimentos retrovirales con monos verdes africanos y leucemia de células T humanas bajo los auspicios del Instituto Nacional de Salud (contrato # SVCP PR #8 NIH #71-2025).

En esencia, el experimento consistía en tomar virus de mono que eran inofensivos para los humanos, recombinarlos con ADN, ARN y enzimas de otros virus animales que se sabía que causaban leucemias, linfomas y sarcomas; luego hacer que saltaran entre especies, y cultivar los nuevos virus mutantes, en unos casos en glóbulos blancos humanos y, en otros, en tejidos fetales humanos. Esto produjo un "virus que destruye el sistema inmunológico y causa cáncer" y para el cual "no se puede adquirir inmunidad natural y no existe cura”.

El científico que dirigía las pruebas era el Dr. Robert Gallo. En 1975, Gallo y otros ocho científicos (que trabajaban en el Centro de Investigación del Cáncer Bethesda en Maryland) habían estado trabajando para modificar la estructura genética del virus para que pudiera transmitirse más fácilmente. Ese mismo año, después de que Fort Detrick se desmilitarizara, el Centro de Investigación del Cáncer Frederick recién establecido se colocó bajo la dirección del Centro de Investigación del Cáncer Bethesda, donde Gallo era el Director.


Una investigación reveló que en marzo de 1976 un programa especial de desarrollo de armas biológicas del gobierno federal dirigido por el Dr. Gallo comenzó a producir el virus del SIDA. Posteriormente, Gallo sería investigado y declarado culpable de mala praxis científica, pero el presidente Clinton lo indultó.

En respuesta a las acusaciones de que el SIDA se desarrolló como un arma de guerra biológica militar, en febrero de 1987 el coronel del ejército David Huxsoll declaró: “Los estudios en los laboratorios del ejército han demostrado que el virus del SIDA sería un agente de guerra biológica extremadamente pobre”. Más tarde negó haberlo dicho.

Si el SIDA es el vehículo de eliminación, al que se ha referido el Club de Roma, o un precursor, al igual que el Síndrome de la Guerra del Golfo, el Ébola y el SARS, es indudable que está abierto a la especulación, incluso a la luz de todas las preguntas planteadas. Sin embargo, no se puede negar cuán perfectamente encaja esta pequeña pieza del rompecabezas en la imagen completa de la preparación del planeta para un gobierno mundial.

(Fuente: https://www.henrymakow.com/; visto en http://www.verdadypaciencia.com/)

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