domingo, 8 de mayo de 2022

EURASIA Y LA HISPANOSFERA



La de Ucrania es una guerra a la que se puede ir en coche, incluso en moto.

Pocos se han dado cuenta de la trascendencia que hay detrás de esto.

Cualquiera, y de hecho está pasando, puede tomar un vehículo desde Cádiz o desde Suecia y personarse en la frontera de Rusia.

Normalmente, las guerras se nos antojan sucesos lejanos, en otros continentes, a las cuales acudir supone tomar vuelos y atravesar fronteras complicadas.

¿Qué quiero decir con esto? Simplemente que eso es, precisamente, lo que está en juego.

Eurasia es el único continente horizontal del la Tierra. Los demás son verticales, mire un mapamundi. Ello no es baladí.

África y América son verticales.

Esto ha determinado la historia del mundo radicalmente.

Moverse de norte a sur supone cambiar de climas, ecosistemas, cultivos, costumbres, culturas de forma radical. Desde Alaska hasta Patagonia, en América, uno atraviesa los climas ártico, boreal, tundra, taiga, continental, mediterráneo, subtropical, tropical, oceánico y de nuevo todos ellos en orden inverso hasta llegar al antártico. La maleta para ello sería descomunal.

Eso es un continente vertical, un infierno de comunicación que implica un esfuerzo grande si imaginamos lo que era hace cinco mil años.

Lo mismo ocurre en África. Mediterráneo, Sahara, Sahel, sabana, selva tropical, montañas, clima mediterráneo de nuevo (Sudáfrica) y océano.

¿Que implica esto? Todo.

Solo les diré que casi todos los animales y plantas que han sido domesticados en el mundo lo han sido en Eurasia.

Una tropilla de neandertales podía ponerse a caminar desde su cueva de Gorham en Gibraltar (España) y llegar al Mar de China sin cambiar demasiado de clima, con dos mudas vamos. Y años más tarde con ovejas, vacas, caballos, camellos, cabras y hasta cerdos. Llevando semillas de trigo, cebada, garbanzos, verduras y toda suerte de cultivos que germinarán durante todo el camino. Básicamente recorrerían todo ese trecho en unas condiciones climáticas similares.

Esto fue especialmente importante cuando en las estepas de este continente y en la península Ibérica se desarrollaron las culturas de los caballos asociadas a los lobos.

Este basto continente lleva miles de años compartiéndolo todo sin necesidad de atravesar océanos, mares ni grandes cordilleras.

Esto sigue funcionando hoy en día, pues es mucho más costoso traer gas licuado por mar atravesando el Atlántico que construir un tubo que va por tierra.

Invadir, compartir e intercambiar genes, bienes y recursos convirtió a Eurasia en un continente único en el cual se desarrolló casi todo.

Hoy, los ingleses transplantados hace dos siglos a las tierras de unos indígenas a los que exterminaron para quedarse con sus territorios se llaman estadounidenses, y saben perfectamente que hay dos cosas que no quieren: que se una Eurasia y que se reunifique la Hispanidad.

Tras la II Guerra Mundial tuvieron claro que Rusia y China deben mantenerse alejadas de la vieja Europa, mirando hacia el este. Porque si la gran Eurasia comercia como siempre lo hizo, los Estados Unidos de América, rodeados de los tres mayores océanos que existen y separada de sus hermanos americanos del sur que son más españoles que británicos, se quedarían aislados como estuvieron millones de años antes de Colón.

Hasta hace poco contaban con la ayuda de Reino Unido, sus primos, con su siniestra “Special Relationship”, pero ya no están en la Unión Europea, lo cual hace renacer el viejo sueño de una Eurasia colaboradora.

Rusia tiene de todo en abundancia y puede ponerlo en la puerta de su casa en horas con precios sin competencia. Y en medio de eso ¿quién está? Ucrania.

Había que crear un nuevo tapón en Ucrania volviendo a demonizar a Rusia en un único movimiento, ante la inclinación natural de Alemania, Holanda, Austria y otros países a hacer negocios cada vez más con los rusos. Por eso es tan importante imponer la rusofobia en Occidente. El negocio de la guerra para Estados Unidos y sus supuestos aliados es doble, al final es un objetivo globalista más.

Se hinchan a ganar dinero vendiendo armas de todo tipo, y llegado el momento lo volverán a ganar en lo que llamarán “la reconstrucción de Ucrania”, que no será sino la creación de un estado aislante en medio de Eurasia para cortarla en dos.

Ya era un estado títere del globalismo, con un gobierno falso, repleto de laboratorios de armas biológicas fuera de control, tráfico de personas, drogas y todo tipo de mafias controladas. Después será lo mismo, el putiferio de la Unión Europea, el campo de pruebas de la OMS y el territorio controlado para realizar toda clase de experimentos sociales, campos de concentración y diseminación de armas biológicas a las puertas de ambas mitades de Eurasia.

Nos están manipulando, y como siempre, lo hacen con nuestro consentimiento. Las mismas personas que acuden a inocularse ARN experimental se inoculan rusofobia recibiendo su certificado de ciudadanos obedientes.

Esta es la guerra de Eurasia, porque solo nosotros, los europeos, ignoramos que el eje España - Alemania - Moscú-Pekín y hasta Tokio si me apuran, es la mayor potencia comercial y geoestratégica del planeta; la que la anglosfera (UK, USA y Commonwealth) no están dispuestos a permitir.

Otro día les hablo de la Hispanosfera, el otro poder titánico que los anglos temen.

Fernando López-Mirones
(https://t.me/elaullido)

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