sábado, 14 de septiembre de 2024

EL PODER DE LAS VACUNAS



Pensemos en el poder que tienen las vacunas como idea. El producto biológico en sí no tiene ningún valor, pero como idea, las vacunas tienen la capacidad incomparable de hipnotizar a las personas y convencerlas de que abandonen sus valores fundamentales.

Las vacunas hacen que los científicos y los médicos abandonen por completo la ciencia y la medicina. ¿Ensayos controlados aleatorios? ¿Quién los necesita? ¿Vigilancia posterior a la comercialización? ¿Por qué haríamos eso? ¿Información automática de efectos secundarios? ¿Qué, eres una especie de loco?


También las vacunas tienen el poder de arrancar su máscara de 
hipocresía a los santurrones que predican contra el aborto, pe-
ro prefieren hacer como que no se enteran cuando se les recuer-
da que las células abortadas son necesarias en los cultivos que
conducen a la elaboración de la mayoría de las vacunas
Las vacunas hacen que la izquierda abandone por completo su concepción del capital. La izquierda pretende que las vacunas caen del cielo como por arte de magia, sin relación alguna con el poder o las ganancias corporativas. La izquierda concibe a los científicos y médicos como una clase sacerdotal (sin pedofilia) a la que no le preocupan las preocupaciones mundanas, como pagar la hipoteca o estar a la altura de los vecinos.

Las vacunas hacen que la derecha abandone por completo su teoría del Estado, una entidad totalitaria que antes no podía hacer nada bien, pero en materia de vacunas se presenta como puro, eficaz, del lado del pueblo e infalible.

Las vacunas son un culto en un frasco, una idea tan poderosa como la religión y, sin embargo, se proclama secular. La idea de las vacunas golpea tan fuerte como la heroína de alta calidad. La idea de las vacunas literalmente hace que la gente pierda la cabeza y la vida. Nunca he visto nada igual.

Edward Dowd
(Fuente: https://t.me/raulrodrigueznews/)

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