sábado, 25 de noviembre de 2023

ESAS MIRADAS



Tras luchar años, décadas, por los hijos, por la vida, por conservar el AMOR, te ves en una silla que no reconoces, una mesa que no reconoces, una cama que no es la tuya, y tu casa ya no huele a tu casa ...

Y los que te despiertan ya no son tus hijos, o tu hermana, o tu marido.

Y por las tardes, de vez en cuando, sí tienes esa mano que te acaricia y que reconoces, e incluso ese susurro de cariño ... "mamá". Pero tú sigues con esa mirada, esa triste mirada llena de melancolía, de tristeza infinita ... Y le devuelves por fin, esa media sonrisa, por un instante, sólo por un instante, mientras escuchas esa voz de la que hace mucho pariste con dolor; ¿ves mamá, qué bien estás aquí, ves qué bien te cuidan? Y al oírlo la minúscula sonrisa desaparece, puesto que te das cuenta que de nuevo vas a dormir en esa cama que no conoces, y te van a despertar esos que no conoces... Pero es tu hija, y lo entiendes... Aunque no puedes cambiar tu rictus, pues sabes que no hay esperanza, que ya no queda nada, sólo los recuerdos, y esos te duelen, te duelen, te duelen ...

Rafael Gazo Lahoz

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