Según los datos de los CDC, en junio de 2021 el Sistema de Notificación de Eventos Adversos a las Vacunas (VAERS) informó 1.226 casos de miocarditis después de la vacunación COVID-19 y procesó 9.246 informes de eventos adversos para adolescentes de 12 a 17 años que recibieron la vacuna Pfizer entre el 14 de diciembre de 2020 y el 16 de julio de 2021. En siete meses, entre los jóvenes de 12 a 17 años que recibieron la vacuna de Pfizer se reportaron 397 informes de inflamación cardíaca y 14 muertes después de recibir la vacuna (nótese que son datos sin actualizar, en la medida en que esta entrada fue publicada originalmente a finales del año pasado, cuando la ola de daños cardiacos de la que tenemos noticias hoy a diario aún no había adquirido la magnitud que reviste en este momento, nota del "blogger").
Sin embargo, este estudio publicado en Alemania analizó el riesgo de hospitalización, enfermedad grave y mortalidad debido al COVID-19 en niños, y encontró un riesgo mínimo de eventos graves o muertes entre los niños. Cuando analizaron las co-morbilidades, no pudieron encontrar un solo caso en el que un niño sano en el grupo de edad de 5 a 11 años muriera a causa de la infección por SARS-CoV-2.
Según estos documentos ningún niño sano ha muerto por a causa de la infección por SARS-CoV-2, pero ya han muerto 14 después de recibir la vacuna, pero no se preocupen porque aun así tendrán que soportar una ola de expertos circulando por los medios, apelando a lo “raro” que es que den estos casos, para esto el marketing consiste siempre en dar los casos de miocarditis por millón de dosis, ignorando la incidencia de fondo, recordar esta otra gráfica cuando salgan a decir que una tasa de 12 por millón es lo normal.
La inyección provoca más miocarditis que el promedio que tenía la población antes de la inyección (incidencia de fondo) que era 0,2 a 1,9. En el caso de niños de 12 a 15 años vacunados con la 2° dosis el aumento es aprox. 80 veces mayor que la incidencia previa a la inyección en ese grupo de edad.
... y sobre todo no se dejará de insistir que los beneficios superan los riesgos. El siguiente titular es lo que desgraciadamente nos lanzarán en breve (y esto nos lleva al siguiente punto)
10- La eficacia relativa ya ha caído por debajo del 30%. El fracaso en números
La tan cacareada y rentable declaración de eficacia (relativa) del 95%, con la que se presentaría el producto de Pfizer para su autorización de urgencia ante el panel de la FDA se consiguió falseando los datos presentados, en los que se excluían 3410 casos sospechosos de COVID-19 pero no confirmados de los casos totales, muy probablemente debido a falsos negativos. Si se reintegran al total esos 3410 casos sospechosos sustraídos, la eficacia relativa desciende al 19% (lo que está muy por debajo del umbral de eficacia del 50% establecido por los reguladores para la aprobación de cualquier vacuna) y la reducción del riesgo absoluto cae a un ridículo 0,08%.
Es de suponer que el pelotazo bursátil que supuso la presentación en sociedad del milagroso producto de Pfizer se hubiese visto sensiblemente reducido, o quizás incluso pudiese haber devuelto a Pfizer a la quiebra técnica de la que procedía.
En el siguiente artículo pueden leer las consideraciones sobre el particular de Peter Doshi, editor del prestigioso British Medical Journal:
https://blogs.bmj.com/bmj/2021/01/04/peter-doshi-pfizer-and-modernas-95-effective-vaccines-we-need-more-details-and-the-raw-data/
Este punto no tiene demasiadas sorpresas. Bastaría para ilustrar el fracaso flagrante del producto observar con cierta objetividad la estampa de hospitales repletos de vacunados.
En España, por primera vez desde que se empezó la vacunación, el pasado noviembre se publicaron los datos desglosados por vacunados y no vacunados, aquí desglosados por tasa de incidencia:
Hacer clic sobre la imagen para ampliar |
No podemos echar en cara nada a los “incautos periodistas” que abren sus telediarios anunciando a bombo y platillo una tasa de incidencia entre los no vacunados del 64 frente al escaso 23 de los ya vacunados. Son “víctimas” de un conocido efecto estadístico.
La tasa semanal se calcula en base al número de hospitalizaciones por cada 100,000 personas donde el denominador es el número promedio (para esa semana) de personas que están vacunadas y no vacunadas, pero no es correcto usar esta tasa para comparar las hospitalizaciones por estatus vacunal, porque efectivamente, cada semana hay menos no vacunados, y por eso, el denominador se va reduciendo, engordando la tasa de no vacunados de manera artificial.
Aunque haya cada vez más personas vacunadas, el número de casos de hospitalizados va en aumento (siendo de 19,227 casos en la semana del 8 al 14 de noviembre, un incremento de casi 100% que en la semana del 20 al 26 de septiembre). Si desglosamos los mismos datos del Ministerio de Sanidad en %, en lugar de tasa semanal nos saldrá este otro resultado:
Número de hospitalizaciones UCI
Vacunados 50.8%
No vacunados 47.6%
Número de fallecidos
Vacunados 77.1%
No vacunados 20.1%
Pocos países hay que recogen estadísticas de forma detallada y sin «cocinar», como es el caso de Gran Bretaña.
Según sus datos del mes de noviembre
Número de casos:
Vacunados 60%
No vacunados 40% (cabe destacar que se incluye a niños que no han podido vacunarse y que han dado positivo)
Número de hospitalizaciones
Vacunados 64%
No vacunados 36%
Número de fallecidos con COVID (test positivo PCR)
Vacunados 80%
No vacunados 20%
Teniendo en cuenta que a fecha 4 de diciembre la población vacunada total o parcialmente en U.K. es del 75% resulta evidente que las «vacunas» han fracasado estrepitosamente en el objetivo de reducir la mortalidad de la población por COVID
Nótese que en esta estadística no queda recogido el exceso de mortalidad del mes comparado con años previos. Esto nos daría una idea de las personas que habrían fallecido a consecuencia de efectos secundarios de las vacunas tales como ictus, paradas cardio respiratorias, cáncer, etc.
Para cerrar este punto, los siguientes estudios concluyen:
«No se encontraron diferencias significativas en los valores de umbral del ciclo entre los grupos vacunados y no vacunados, asintomáticos y sintomáticos infectados con el delta del SARS-CoV-2».
https://www.medrxiv.org/content/10.1101/2021.09.28.21264262v2
https://www.medrxiv.org/content/10.1101/2021.11.12.21265796v1
y en este otro, publicado en la prestigiosa revista "The Lancet":
https://www.thelancet.com/journals/lanepe/article/PIIS2666-7762(21)00258-1/fulltext
Las tasas de contagio entre contactos expuestos a vacunados infectados (25%) es estadísticamente idéntica que las tasas de contacto de personas no vacunadas infectadas (23%).
La carga viral máxima no es diferente entre vacunados y no vacunados, independientemente del tipo de variante del cual se trataba.
Los casos de COVID-19 sintomáticos en personas vacunadas se ha incrementado semana a semana. Aclaro que lo que presenta Kampf no es solamente en cuanto al número relativo de casos (el porcentaje; lo que sería esperable si en una población hay cada vez menos personas no infectadas) sino en el número absoluto de casos, que al menos en Alemania y en Inglaterra representan el doble o casi el triple de casos para la misma época el año pasado
Es evidente que lo que tenemos entre manos no es un problema de evidencia científica, lo que nos lleva al siguiente apartado …
11– La ciencia no es suficiente. El poder es la clave
Con tan solo uno de los estudios compartidos aquí, en un modelo de sociedad cabal, capaz de analizar la situación de manera objetiva, debería ser más que suficiente para parar en seco y revisar la pertinencia de estas “vacunas” de ARN.
Que los estudios científicos revisados por pares en revistas de prestigio queden silenciados y que los principales medios de comunicación exclusivamente se hagan eco de las notas de prensa interesadas de Pfizer o Moderna habla del tipo de sociedad en la que vivimos y las consecuencias de haber privatizado la sanidad sin restricciones. Tampoco deja en buen lugar al “periodismo” que padecemos, cuya única aspiración parece resumirse en convertir sus piezas periodísticas en publirreportajes financiados por multinacionales interesadas en colocar su producto.
Quizás pueda entenderse mejor el mecanismo por el que el establishment farmacéutico nos “convence” cuando se conoce quién se sienta en la Junta de Accionistas de los principales medios de comunicación. Puede que te suenen nombres como BlackRock o Vanguard. Quizás todavía suene más aún esa denominación peyorativa con la que en ocasiones, los medios de comunicación de masas solían referirse a ellos: fondos buitre. Un término en desuso, probablemente debido a la reciente adquisición por parte de estos “fondos buitre” de grandes paquetes accionariales en Mediaset, AtresMedia, Grupo PRISA …. Unos sencillos y humildes fondos de inversión, que en su labor filantrópica global, resultan ser también dueños de parte de las acciones de Moderna, AstraZeneca y, como no, Pfizer.
Sirva para ilustrar la encrucijada en la que nos encontramos, este video es la presentación que hizo el doctor David Wiseman, poniendo en duda la aprobación de la tercera dosis como se puede ver, valiéndose de los argumentos ya comentados en los estudios anteriormente enlazados
Pero es todavía más elocuente ver el tiempo que dedicaron a Wiseman, escasos minutos, la reunión la ventilaron en menos de tres horas, y el resultado de la votación del comité de la FDA arrojó un llamativo resultado de cero votos en contra y una sola abstención.
Que la última palabra sobre las políticas públicas de vacunación de todo el planeta, incluyendo a los niños, recaiga en estos comités, cuyos miembros actúan como meros agentes comerciales de las empresas a las que deberían de fiscalizar, continúa hablando del tipo de sociedad en la que vivimos.
https://www.science.org/news/2018/07/hidden-conflicts-pharma-payments-fda-advisers-after-drug-approvals-spark-ethical
Podría pensarse, que la corrupción de los reguladores es un fenómeno exclusivamente estadounidense, desgraciadamente aquí tenemos más de lo mismo. Lo documenta el abogado y divulgador Miguel Jara sobre el regulador europeo (EMA)
Brook Jackson, quien ocupó el cargo de director regional en Ventavia, una empresa subcontratista de Pfizer a cargo de las pruebas clínicas, reveló en declaraciones al British Medical Journal que la compañía falsificó datos, eliminó el procedimiento de control ciego y reclutó vacunadores poco capacitados.
Después de alertar a Ventavia sobre todos estos problemas, Brook Jackson cuenta cómo tras informar a la poderosa agencia estadounidense FDA por correo electrónico, lo único que consiguió fue ser despedido. Fue entonces cuando acudió al British Medical Journal, al que transmitió cumplida información sobre las prácticas fraudulentas de un laboratorio que a día de hoy es, sin el menor género de dudas, el gran beneficiado de la crisis pandémica del COVID-19.
Según el British Medical Journal, las acusaciones de Jackson fueron confirmadas por otros dos empleados de Ventavia que solicitaron el anonimato para evitar represalias. A pesar de haber sido denunciado, ni Pfizer ni la FDA lo tuvieron en cuenta antes de la aprobación de la «vacuna» de Pfizer y la autorización de la «vacuna» para niños de 5 a 11 años, que contó con la autorización unánime de la FDA.
Si todavía piensas que para la aprobación de la tercera dosis han pesado más los criterios científicos y una evaluación profunda del beneficio/riesgo que los 24.000 millones que se esperan ganar en cada ronda de vacunación, es mejor que dejes de leer en este punto, y pidas tu tercera dosis.
13– ¿Qué nos queda?
Lo que sí sabemos es que la vacuna destruye parte de nuestro sistema inmunológico, los linfocitos T citotóxicos responsables de eliminar la infección, además de los anticuerpos específicos. Esto nos vuelve más vulnerables frente a nuevas infecciones de coronavirus, resfriados comunes o cualquier otro patógeno o desequilibrio del propio microbioma. En resumen, nos espera una ola de miocarditis y enfermedades autoinmunes, podriamos poner aquí la lista de futbolistas o tenistas que ha tenido que retirarse este año por este motivo, desgraciadamente estos casos no serán atribuidos a la vacuna, sencillamente pasarán a formar parte de la mochila de la mala salud del paciente. Si este párrafo te parece excesivamente duro o exagerado, por favor abre el pdf del propio informe de Pfizer, sus conclusiones son aún más contundentes.
Pero no todo está perdido. Pese a todo lo narrado, seguimos disfrutando de un sistema inmune con miles de años de evolución, un Ferrari que solo nos pide tener el combustible adecuado: Vitamina D.
https://www.nature.com/articles/s41598-021-81419-w
En este magnífico estudio, lo que llama poderosamente la atención es la cantidad de estadística recopilada sobre una población de más de 100 millones de personas de muchos países, y la contundencia de los resultados :
Concluyen en señalar la hipovitaminosis de vitamina D como factor determinante a la hora de contraer la enfermedad y pasarla con mayor gravedad. Es muy interesante porque hacen estudios de humedad y de frío, y llegan a la conclusión por estadística acumulada que el único factor determinante es el sol y su conocida incidencia en los niveles de vitamina D (se necesitan 15 minutos de exposición directa a los rayos ultravioleta para fabricarla).
En los países más al norte, con menos exposición a rayos UVB, el número de casos aumenta proporcionalmente. Vendría a apuntar a la deficiencia de vitamina D como factor determinante a la hora de contraer la enfermedad y pasarla con más gravedad. En este otro estudio la conclusión va más lejos:
Cita textualmente:
“Los investigadores alemanes no solo encontraron una relación lineal entre los niveles de vitamina D y la mortalidad por COVID, sino que encontraron una morbilidad esencialmente cero para aquellos con un nivel D superior a 50 ng/ml”
Puedes leerlo varias veces y efectivamente dice: esencialmente cero, recordarlo cada vez que se hable de las inyecciones de ARN como la única vía posible para salir de la pandemia. Por supuesto existen siempre más opciones aunque se empeñen en hacerlas imperceptibles a la opinión pública.
https://www.theepochtimes.com/dying-covid-19-patient-recovers-after-court-orders-hospital-to-administer-ivermectin_4130754.html
En definitiva, con la aplicación de la vacuna en niños a partir de 5 años, el experimento en masa entra en una nueva fase.
El documento originalmente acababa en este punto, pero después de que varios padres leyeron el borrador me dijeron “que aunque les parecía muy interesante la documentación aportada, tampoco era nada de otro mundo, de siempre se sabe que hay sus riesgos y no queda otra, si no se vacunan ahora, será más tarde”.
Me di cuenta de lo rendidos y doblegados que vivimos como sociedad, ya no se vislumbra otra alternativa que no sea vía inyección de ARN, vamos acabar el documento con unas declaraciones de Robert Malone padre de la las vacunas ARN, más de 30 años en el campo, candidato al premio a nobel en múltiples ocasiones, creo que él resume mejor el espíritu de los datos enlazados.
Robert Malone:
“Antes de inyectar a su hijo, una decisión que es irreversible, quería informarle los hechos científicos sobre esta vacuna genética, que se basa en la tecnología de la vacuna de ARNm que creé:
Hay tres cuestiones que los padres deben comprender:
● La primera es que se inyectará un gen viral en las células de sus hijos. Este gen obliga al cuerpo de su hijo a producir proteínas de pico tóxicas. Estas proteínas a menudo causan daños permanentes en los órganos críticos de los niños, incluidos
○ Su cerebro y sistema nervioso
○ Su corazón y vasos sanguíneos, incluidos los coágulos de sangre.
○ Su sistema reproductivo
○ Y esta vacuna puede desencadenar cambios fundamentales en su sistema inmunológico.
● El punto más alarmante de esto es que una vez ocurridos estos daños, son irreparables.
○ No puedes arreglar las lesiones dentro de su cerebro.
○ No se pueden reparar las cicatrices del tejido cardíaco
○ No puede reparar un sistema inmunológico modificado genéticamente y
○ Esta vacuna puede causar daños reproductivos que podrían afectar a las generaciones futuras de su familia.
● Lo segundo que debe saber es el hecho de que esta nueva tecnología no se ha probado adecuadamente.
○ Necesitamos al menos 5 años de pruebas/investigación antes de que podamos comprender realmente los riesgos
○ Los daños y riesgos de los nuevos medicamentos a menudo se revelan muchos años después.
● Pregúntese si quiere que su propio hijo sea parte del experimento médico más radical de la historia de la humanidad.
● Un último punto: la razón por la que le están dando para vacunar a su hijo es una mentira.
○ Sus hijos no representan ningún peligro para sus padres o abuelos.
○ En realidad, es todo lo contrario. Su inmunidad, después de contraer COVID, es fundamental para salvar a su familia, si no al mundo, de esta enfermedad.
El análisis de riesgo/beneficio ni siquiera está cerca.
Como padre y abuelo, mi recomendación es que resista y luche para proteger a sus hijos.
Jesús Villajos Barja
(Fuente: https://diario16.com/)
No hay comentarios:
Publicar un comentario