jueves, 30 de septiembre de 2021

¡NOTICIA BOMBA!: EL MINISTERIO DE SANIDAD ESPAÑOL RECONOCE QUE NO DISPONE DE CULTIVOS DEL VIRUS SARS-COV-2



Este blog informó en su día del requerimiento judicial hecho por Liberum al Ministerio de Sanidad español dando cauce a la pregunta remitida por los biólogos Almudena Zaragoza y Jon Ander Etxebarría, la asociación Biólogos por la Verdad y los médicos María José Martínez Albarracín y Alejandro Sousa de si tiene muestras del virus SARS-Cov-2 debidamente aislado disponibles para su estudio. La respuesta recibida es demoledora:

"El Ministerio de Sanidad no dispone de cultivo de SARS-CoV-2 para ensayos y no tiene un registro de los laboratorios con capacidad de cultivo y aislamiento"

En otras palabras, no tienen muestra alguna de un supuesto virus que nos han dicho que circula entre la población, que ha infectado a centenares de miles de personas y que tendría que estar presente en los 80.000 cadáveres que se le atribuyen solo en España -80.000 reservorios del patógeno, que se dice pronto-, pese a lo cual ni hay muestras del teóricamente sobreabundante virus ni se sabe quién podría tenerlas.

Resultado que este blog anunció que se iba a producir, sumando al Ministerio de Sanidad de España a las 87 instituciones a las que se les hizo previamente la misma petición sin que ninguna pudiera contestarla afirmativamente, instituciones que que no han logrado citar un solo caso de aislamiento/purificación del "SARS-COV-2", por parte de nadie, en ningún lugar, nunca.

A la luz de este hecho, las preguntas se acumulan:

- ¿Cómo pueden detectarse antígenos de "algo" que no está definido?

- ¿Qué detectan entonces los test Covid?

- ¿Por qué la OMS prohibió las autopsias, aduciendo el riesgo de categoria 2, como si el virus fantasma pudiera emitir radiacion inonizante?

- Dicen que España está elaborando una vacuna, ¿cómo hacen las pruebas sin muestras?

- Y la pregunta del millón, ¿en qué se han basado las "vacunas" en circulación?

El servicio de consultas del Ministerio de Sanidad no entra, por supuesto, en ninguna de ellas, remitiendo a los consultantes a fuentes externas como diciendo: "Lo que nos han dicho es lo que damos por bueno". Y lo que dan por bueno es la consabida "secuenciación" de unas decenas de letras genéticas -de las 30.000 que debería tener el virus- completada por ordenador mediante secuencias de cromosomas tomadas de una base de datos. La informática sustituyendo el inexistente trabajo de laboratorio. Ese es el fraude que ha justificado encierros, restricción de derechos, imposición de medidas liberticidas y la ruina de millones de personas.


Pero el documento con el que el Ministerio de Sanidad responde a los requerimientos hechos incluye todavía "perlas", cuanto menos, escandalosas. Su página 2 termina con otra frase ignominiosa:

"La eficacia de las vacunas se mide en términos ideales de laboratorio y posteriormente se mide en la población real una vez que las vacunas se han administrado"

Negro sobre blanco, el reconocimiento expreso de que se está convirtiendo a la población en cobaya de un experimento más que dudoso, inoculándola con algo que no se sabe si funciona, y que cuando no haya vuelta atrás ya veremos si ha sido buena idea o no usarlo.

Un tratamiento que, recordemoslo, aplica una tecnología -el ARN mensajero- que nunca se había utilizado en seres humanos y cuyo resultado en animales tiene un historial de fracaso abrumador, de la que se desconocen los efectos a medio y largo plazo, que no ha completado varias de las fases standard de desarrollo, que puede modificar genéticamente a sus receptores, que favorece una infección más agresiva que la natural debido a la amplificación dependiente de anticuerpos y cuyos fabricantes han sido eximidos por los distintos gobiernos de responsabilidad legal ante los daños que pueda causar (y que, teniendo en cuenta los registros oficiales, la han convertido en la "vacuna" más mortal de la que se tiene noticia).

Un tratamiento al cual llamar "vacuna" es un fraude que evita reconocer que se trata de una terapia de modificación genética, algo que numerosos tratados internacionales prohíben expresamente.

Continuamos. Tercer "jaque mate" contenido en el documento de Sanidad: reconoce que los test no son prueba suficiente para determinar la enfermedad.

"Los test por si solos no suelen ser suficientes para determinar enfermedad, requiriéndose una evaluación experta de la persona a la que se le ha realizado el test".

En otras palabras, los "negacionistas" -categoría en la que hay que incluir al mismo inventor del PCR- llevábamos razón al insistir en que un resultado positivo de un test aleatorio y falible no implica infección, y que sostener que un resultado positivo determina estar enfermo y ser potencialmente contagioso es un disparate.

Pero aún queda una puntualización del Ministerio respecto a una cuestión fundamental y aquí nos encontramos con una contradicción de Sanidad en la que Liberum debería hincar el diente, exigiendo las pertinentes explicaciones:

"Las vacunas frente a Covid-19 se administran en España en estos momentos según la estrategia de vacunación ... aprobada por el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud y son gratuitas para la ciudadanía. En este sentido no requieren receta médica".


La Agencia Española del Medicamento (AEMPS) y, todas las fichas técnicas de las pócimas obligan a que la inoculación del suero experimental se realice vía prescripción médica. Incluso el enlace que da el documento del Ministerio de Sanidad remite a su vez a la página web del AEMPS, en cuyo apartado CIMA (Centro de Información online de Medicamentos de la AEMPS) se señala junto a la reseña de cada "vacuna" autorizada MEDICAMENTO SUJETO A PRESCRIPCIÓN MÉDICA, algo que se subraya luego al especificar de forma redundante CON RECETA.

¿Por qué Sanidad niega en un pronunciamiento lo que afirma en otro?

Respóndase el lector, puesto que a uno, que se guía por la máxima "Piensa mal y te quedarás corto", solo se le ocurre que se está facilitando una inaudita -e ilegal- inhibición de los profesionales que deberían extender la correspondiente receta, asumiendo con su firma y número de colegiado una responsabilidad de la que huyen como los vampiros de la luz diurna. Algo comprensible, dado que no creo que exista ni un solo facultativo al que le ilusione la idea de jugarse su carrera profesional y su patrimonio personal respaldando un brebaje que no se sabe ni lo que contiene, ni qué eficacia tendrá ni qué efectos indeseados producirá. Comprensible, ... pero inaceptable.

Señora Directora General de Salud Pública: se le está viendo el plumero. Lea bien lo que firma, porque luego es fácil alegar una confusión, pero aquí no se trata de minucias, sino de la distribución gubernamental de venenos que están batiendo todos los records de lesiones y muertes habidos en la historia del medicamento.

Además de que la excusa empezaría a resultar cansina:

Miles de muertes a causa de un "error" ... que nadie se molestó en
rectificar. O este tipo es imbécil o cree que todos los demás lo somos

(posesodegerasa)

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