martes, 17 de enero de 2023
VIOXX: OTRO GENOCIDIO PERPETRADO POR LA INDUSTRIA FARMACÉUTICA
El laboratorio Merck, que fabrica vacunas contra el sarampión y contra el virus de papiloma humano, también fabricaba el medicamento Vioxx. Vioxx aumentaba el riesgo de enfermedad cardiovascular, algo que no pudieron ocultar por mucho tiempo y acabó causando su retirada del mercado, no sin antes provocar la muerte de 30.000 pacientes. Los directivos de Merck sabían del problema, pero no hicieron nada hasta que la justicia les obligó. Si usted aún confia que sus vacunas son seguras y eficientes por favor lea sobre como Merck hizo todo lo posible para ocultar su crimen y seguir vendiendo su letal producto.
Rofecoxib (Vioxx) fue lanzado por Laboratorios Merck en 1999 como una alternativa efectiva y más segura a los medicamentos antiinflamatorios para el tratamiento del dolor asociado con la osteoartritis. Posteriormente se descubrió que aumenta el riesgo de enfermedad cardiovascular y se retiró del mercado mundial. Merck ahora enfrenta demandas legales de casi 30.000 personas que tuvieron eventos cardiovasculares mientras tomaban el medicamento.
Desde el desarrollo temprano de rofecoxib, Vioxx, algunos científicos de Merck estaban preocupados de que el medicamento pudiera afectar negativamente al sistema. No obstante tener conocimiento de esos avisos, la compañía los minimizó, sin molestarse en comprobar su fundamento. De hecho, ninguno de los estudios de intervención que constituyeron su nueva aplicación de medicamentos a la Administración de Drogas y Alimentos en 1998 fueron diseñados para evaluar el riesgo cardiovascular. Los nueve estudios presentados fueron generalmente pequeños, tuvieron períodos cortos de tratamiento, inscribieron pacientes con bajo riesgo de enfermedad cardiovascular y no tenían un procedimiento estandarizado para recopilar y juzgar los resultados.
Merck realizó los ensayos, almacenó y analizó los datos internamente, pagó a los investigadores académicos como consultores de los equipos de investigación y las juntas de monitoreo de seguridad, y mantuvo una fuerte participación en la redacción y presentación de los resultados. Las revistas publicaron los estudios, y la comunidad académica aceptó los hallazgos sin expresar mucha preocupación. Cerca de 107 millones de recetas de rofecoxib se dispensaron en los Estados Unidos entre 1999 y septiembre de 2004, cuando el medicamento se retiró del mercado, y ninguna de las personas que recibieron esas recetas tuvo la oportunidad de considerar el verdadero equilibrio de sus riesgos y beneficios.
Varios de los primeros ensayos clínicos grandes de rofecoxib no se publicaron en la literatura académica durante años después de que Merck los pusiera a disposición de la FDA evitando que los investigadores independientes determinaran con precisión su riesgo cardiovascular mediante el metanálisis. Incluso se crearon listas negras de médicos que expresaron sus dudas sobre la fiabilidad del producto. ¿Les suena?
Merck intervino en todas las instancias que debían haberse pronunciado imparcialmente sobre su producto, incluidos el análisis de datos, el monitoreo de seguridad y la generación de informes. Ocultó toda información fundada sobre posibles efectos adversos de Vioxx y convirtió la información sobre el mismo, incluida la teóricamente oficial, en mera propaganda al servicio de su negocio. Ese comportamiento no es una novedad en la industria farmacéutica y biotecnológica, sin que ni el gobierno ni los medios pongan nada de su parte por remediarlo.
(Artículo completo: https://cienciaysaludnatural.com/)
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