jueves, 26 de enero de 2023

UNA NACIÓN SIN HONOR



Cuando un asesino marroquí entra en dos Iglesias buscando sacerdotes para matarlos mientras cita El Corán y asesina a una personas hiriendo a cuatro, todos los medios woke se esfuerzan en decir que es un caso aislado, que no pertenece a grupo alguno, que no hay que relacionarlo con nada. Me pregunto si hubiera sido al revés qué dirían. Me pregunto si habrá un comunicado del gobierno alauí lamentando el asesinato. Leo enormes diferencias en las generalizaciones que hacen los opinadores cuando se habla de otro tipo de asesinatos.

Dedican más tiempo a tratar de justificar que al fondo del asunto.

Desconocen las culturas, no dicen que hoy ese individuo es un héroe para muchos de sus compatriotas.


El autor del ataque estaba pendiente de expulsión por su
condición de inmigrante ilegal desde junio de 2022. 

Otros culpan a las religiones, en general, igualando a la del asesino con la de las víctimas, que es de paz y amor; como si la culpa fuera compartida por el ejecutor y los católicos que estaban en misa sin meterse con nadie. Y ahora saldrán aquí los del discurso del odio, como si la culpa fuera también mía por escribir la verdad que todos sabemos.

Detrás de este asesinato hay un ambiente social creado por esos mismos periodistas y políticos que se la agarran con papel de fumar cuando hay un musulmán implicado, y sin embargo se ceban si el culpable es un pijo cristiano.

Un ambiente de impunidad moral. Si leyeran a Richard Francis Burton entenderían la forma de pensar de nuestros vecinos; hoy lo celebrarán en Marruecos, tratarán al asesino como un héroe, pero seguramente no nos lo mostrarán nuestros medios bajo la excusa de no provocar racismo ¿racismo? Entrar en dos Iglesias buscando sacerdotes y sacristanes ¿cómo se llama? Nadie mencionará la catolicofobia, pero la veremos en las respuestas a este mismo escrito.

A los cristianos se nos puede hacer cualquier cosa, y si abrimos la boca seremos acusados, además, de defendernos. Cualquier simple mención de judíos o musulmanes es atajada de inmediato, pero insultar a cristianos es gratis, es woke, es lo moderno.

Hoy nos caerán palos a los pocos que hablemos con libertad.

El padre Antonio recibió machetazos en cabeza y cuello.

En la parroquia de San Isidro entró el miserable diciendo “por Alá, no se muevan”, se fue y volvió con un machete para matar al sacerdote.

Después, entró en otra iglesia y mató al sacristán delante de su mujer.

Nadie menciona el nombre del asesino, gran respeto, nadie dice musulmán, todos “la religión”, es decir, como si las víctimas fueran también culpables. No, no son las “religiones”, es una de ellas la que pone el machete y la otra la que puso los muertos.

No no es discurso de odio, lo es de justicia.

No, no se estigmatiza a todos, pero sí a un ambiente creado por la cobardía y la corrección política que nos ha convertido en una sociedad acomplejada incapaz de defendernos de amenazas evidentes, orquestadas y financiadas por los de siempre, por los mismos que las falsas vacunas, la guerra de Ucrania, la lerdez climática y la alianza de civilizaciones.

El chiste (aunque maldita la gracia que tiene) se cuenta solo: un país incapaz de
blindar sus propias fronteras toma partido en un conflicto a miles de kilómetros
en el que no tiene nada que ganar, exponiendo a represalias bélicas a una po-
blación a la que nadie ha consultado (y que cuando sí fue consultada en el re-
feréndum OTAN se pronunció por la no integración en la estructura militar del
contubernio, según los términos de una consulta que al P$OE de la "memoria 
histórica" se le olvidaron nada más resolver la papeleta).

Pero lo cierto es que la civilización del sur no nos respeta porque nos hemos convertido en un pueblo de gilipollas acomplejados que ni siquiera cuando nos matan somos capaces de decir “¡ay!”.

Comparen ustedes con la llamada violencia de género, o cuando un asesino que no sea de etnias favorecidas por el relato globalicista es el que mata. Entonces sí es el machismo, entonces sí es el fascismo, entonces sí es la ultraderecha o los hombres o lo que haga falta.


Pueden escabecharte por la calle o en una igle-
sia y además justificarán al agresor, pero al me-
nos no gobierna la ultraderecha. Consuélate.
Pero cuando un musulmán marroquí entrado ilegalmente en España y que anda por la calle libre, entra con premeditación y alevosía en dos iglesias matando y citando frases de El Corán, no son los musulmanes, no son los marroquíes, no son los inmigrantes ilegales, no son las leyes blandas, no es el buenismo woke … en estos días leeremos barbaridades sobre los católicos, los cristianos y todo el entorno de las víctimas. Aprovecharán para atacarnos a los de siempre, a los que ante los leones rezábamos, a los que nos dejábamos crucificar sonriendo, a los que creemos en el amor y el perdón.

Y quede claro que estoy atacando a los periodistas, a los políticos y a la sociedad cobarde que no sabe defender a sus hijos, junto a las ideas asesinas del miserable y los que lo defiendan, aquí y en el mundo musulmán.

Se llama Yasin Kanza, y entro gritando “¡Alá es grande!”; cuando fue detenido trataba de entrar en una tercera iglesia con su cimitarra ensangrentada “¡ muerte a los cristianos!”, no es un presunto, decenas de fieles lo vieron.

Nos hemos convertido en una nación sin honor.


La última ocurrencia de Antonio: dejar desguarnecidas las comuni-
dades autónomas de Africa para apoyar a Zelenski "el pedigüeño".
¿Irresponsabilidad, imbecilidad o, directamente, traición? 

Fernando Lopez-Mirones
(https://t.me/elaullido)

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