El fenómeno COVID no se puede entender sin comprender el colapso financiero sin precedentes no televisado de 2019-2020 que amenaza a todo el sistema financiero mundial.
La historia de la pandemia de Covid-19 tiene poco sentido cuando se ve a través de la lente de la salud, la seguridad y la ciencia. Visto a través de la lente del dinero, el poder, el control y la transferencia de riqueza, sin embargo, todo tiene perfecto sentido.
Los encierros, los bozales obligatorios, el distanciamiento antisocial y la plétora de medidas adicionales no hicieron nada para proteger o mejorar la salud pública; nunca fueron diseñados para hacerlo.
Los numerosos mandatos generados por el inicio del escenario de Covid-19 fueron diseñados para romper deliberadamente la economía global y aplastar a las pequeñas empresas, así como romper la mente, la voluntad y el tejido social de las personas, con el fin de "reconstruir una sociedad mejor" que se ajusta a las visiones distópicas de los psicópatas que libran esta guerra de clases.
El resultado deseado es la utopía de un multimillonario, en el que poseerán y controlarán el planeta en la forma de un feudo tecno-vigilado donde la humanidad marcada digitalmente es regulada como ganado en una tecnocracia supervigilada.
Lo que esta crisis fabricada convenientemente camufla es que estamos en medio de un colapso económico total planificado, un colapso que era inevitable.
El momento del fraude de COVID se hizo necesario ya que los mercados mundiales se enfrentaron a una crisis de deuda de emergencia en el otoño de 2019 que apareció en mercados que antes eran en su mayoría líquidos: mercados de repos, mercados monetarios y mercados de divisas.
Los gobiernos occidentales se apresuraron a salvar este sistema en descomposición, detener este derrumbe catastrófico, rescatar a los inversores a gran escala e instalar de manera proactiva una infraestructura de seguridad para controlar el inevitable desorden social resultante de este colapso. A esto le seguiría un reinicio financiero global, después de un período de hiperinflación, que destruiría tanto el valor de la deuda como los derechos en papel correspondientes.
El sistema financiero ya se encontraba en una etapa avanzada de declive en el otoño de 2019, como lo ilustra la toma de control del mercado de repos por parte de la F.E.D. en septiembre para evitar el Apocalipsis. Este colapso comenzó en serio en 2008/09 y los intentos durante la última década y media para salvar este sistema económico corrupto solo retrasaron lo inevitable.
En el otoño de 2019, la crisis comenzó a manifestarse nuevamente de un modo veloz.
Una disminución dramática en la producción industrial caracterizó la crisis bancaria de agosto de 2019, la llamada crisis Repo, cuando de repente los bancos comenzaron a rechazar los instrumentos de deuda soberana de EE.UU. como garantía para los préstamos a un día, lo que obligó a la Reserva Federal a intervenir e imprimir dinero para cubrir esta enorme escasez.
El mercado de repos es donde los bancos toman prestado dinero todos los días para tener un cierto porcentaje de activos líquidos al final de cada día para cumplir con ciertos requisitos fiduciarios.
A mediados de septiembre, la Reserva Federal comenzó a inyectar 10-20.000 millones de dólares por día en el mercado de repos para mantener bajas las tasas de interés para que los bancos pudieran pedir prestado el dinero y poder seguir en el negocio. Pero no fue suficiente.
A principios de marzo, la Reserva Federal estaba inyectando 100.000 millones de dólares en el mercado de repos para detener esta crisis sistémica.
Simplemente, todos en Wall Street estaban cargados con una deuda enorme y se aferraban al efectivo de los EE.UU. para pagar esta deuda, negándose a financiar compras de divisas extranjeras y luego de moneda estadounidense cuando el Mercado de Repos se congeló al 10% de interés en los préstamos de Repos a un día. Los bonos del Tesoro de los EE. UU. e incluso las letras de los EE.UU. estaban siendo rechazados como garantía para los Repos.
En marzo de 2020, la crisis de liquidez se extendió desde los principales mercados de intermediarios (los bancos TBTF y los fondos de cobertura rescatados en septiembre) hacia todas las demás acciones, materias primas, bonos, obligaciones de préstamos garantizados, valores respaldados por hipotecas, fondos mutuos, fondos cotizados en bolsa, así como varios esquemas Ponzi, como productos derivados estructurados negociados en plataformas patentadas que representan hasta varios miles de billones de dólares
Cuando los bonos del Tesoro de EE.UU. perdieron su liquidez debido al crecimiento exponencial de la deuda en dólares pública, pero en su mayoría privada, incluso cuando la FED estaba absorbiendo efectivo de los mercados financieros, se desató el infierno.
No se pudo detener todo el castillo de naipes que estuvo cayendo durante seis meses, por lo que se fabricó la histeria de COVID para cubrir lo que asciende a 10-15 billones $ del rescate de la FED en efectivo y aumentos de acciones a través de Operaciones de Mercado Abierto Permanentes (POMO), una forma fantasiosa de decir que la Fed está comprando bonos del Tesoro, inyectando dinero en los mercados financieros y entregando garantías de valor de las garantías utilizadas en derivados estructurados.
El juego final, actualmente en marcha, es que los Bancos Centrales (FED) compren toda la deuda tóxica y sin valor de los fondos de cobertura y los bancos, incluidos los 1.500 billones de derivados, y luego transfieran la deuda al tesoro como soberano. Luego imprimirán dinero hasta el infinito -algo ya completamente en marcha- para pagar esta deuda ficticia para hundir el dólar a través de la hiperinflación y luego ejecutar la hipoteca de los EE.UU. y todos los demás que tienen deuda en dólares sin valor.
¿La última frontera en préstamos bancarios' ¿Llegaremos a esto? ¿Cómo se abonarán los intereses? ¿Serán anuales o anales? ¿Y si tu culo es insolvente? |
La llegada oportuna de la “emergencia” del Covid-19 proporcionó la justificación y la oportunidad de congelar el colapso bancario estadounidense con inyecciones masivas de efectivo. Se pagó alrededor de 8-10 billones $ a los bancos estadounidenses hasta marzo de 2020 con un estímulo económico adicional de 5 billones prometido por la Reserva Federal.
La percepción fabricada de que había una emergencia médica mundial fue a partir de marzo de 2020 un artefacto de la manipulación de los medios de comunicación, las técnicas de condicionamiento del comportamiento y la ingeniería social. Todo esto fue posible gracias a la programación institucional y la mensajería mediática acelerada que desautorizó los procesos cognitivos básicos y eliminó las posibilidades del pensamiento crítico.
Con este incesante y abrumador redoble mediático de la Narrativa del Virus, y el mundo unificado en su respuesta a la 'Pandemia de Covid', no se permitió que existieran otras historias (y ni siquiera otras interpretaciones, nota del "blogger") en los medios o en la conciencia pública.
Michael Bryant
(Fuente: https://off-guardian.org/; traducción: Astillas de Realidad)
No hay comentarios:
Publicar un comentario