En Alemania, la revelación de la presencia grandes cantidades de ADN en las vacunas ha creado una batalla campal en el mundo médico. A principios de diciembre, la asociación de médicos (MBV) envió una carta a todos los médicos generales para advertirles de este peligro para la salud y de sus consecuencias jurídicas. El instituto federal responsable del control de las vacunas negó inmediatamente estas acusaciones, calificándolas de datos inexactos y de “noticias falsas”. Pero sus argumentos fueron inmediatamente desmantelados por un grupo de científicos, el MWGFD, que confirmó los peligros relacionados con el ADN de las vacunas Covid. El asunto les llevó incluso a presentar graves acusaciones contra el Instituto Paul Ehrlich, responsable de la farmacovigilancia en Alemania y que asesora a la Agencia Europea de Medicamentos.
El intento del Instituto Paul Ehrlich (IPE) de hacer pasar la información sobre la presencia de ADN en las vacunas por "noticias falsas" ha causado un gran revuelo y ha lanzado el debate a la arena pública. La cadena de televisión alemana MDR fue la primera en informar sobre el tema. Poco después, la revista en línea Focus también publicó un reportaje sobre lo que ahora se conoce como "Plasmidgate". El escándalo está cobrando fuerza, ya que se ha descubierto que el Instituto Paul Ehrlich nunca llevó a cabo ningún control real de las vacunas Covid. Se limitó a comprobar los documentos facilitados por los fabricantes. Esta admisión ha conmocionado a muchos médicos y a la opinión pública. Es difícil imaginar que la autoridad responsable de la seguridad de los medicamentos dé de facto carta blanca a los fabricantes, basándose en sus propias afirmaciones sobre la calidad del producto.
La asociación de médicos se plantea ahora preguntas muy embarazosas:
«¿Qué empuja al organismo de control a querer poner fin a una acción que contribuye a la seguridad de los medicamentos? ¿Asume el IPE que el conocimiento sobre las impurezas del ADN puede convertirse en un problema para la seguridad de las vacunas? Varios estudios analíticos han demostrado que las vacunas de ARNm presentan importantes contaminaciones de ADN. ¿El IPE desconoce estas publicaciones científicas? Sin embargo, los especialistas habían alertado a la agencia desde las primeras publicaciones de investigadores estadounidenses sobre este tema. Ahora están aún más irritados y alarmados".
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La MVB también señaló que el profesor Cichutek, presidente del Instituto Paul Ehrlich, es uno de los principales investigadores alemanes en terapia génica y que él mismo describió en detalle los peligros de la terapia génica en los años 90. Según sus propias palabras, la vacunación con vacunas que contienen ácidos nucleicos equivale a “una forma especial de transferencia de genes/terapia génica". Y,
"Una consecuencia genética indeseable de las vacunas que contienen ácido nucleico podría ser una mutagénesis por inserción de genes celulares ... lo que llevaría a un mayor riesgo de cáncer".
Ante el preocupante contenido de esta publicación del profesor Cichutek del año 1994, ¡el MBV exige explicaciones públicas! ¿Cuándo, dónde y cómo se estudiaron con más detalle los riesgos que él mismo enumeró? Hasta el momento, el IPE se ha negado a dar respuesta a estas preguntas.
Según un antiguo director de la caja de seguros-enfermedades KVB, el Dr. Krimmel, especialista en medicina general, la actitud del Instituto Paul Ehrlich ha "agravado la situación". Es "probable que prive al público de las ilusiones que le quedaban sobre el control adecuado de la producción de vacunas de ARNm".
¿Por qué el Instituto no quiere disipar esta “terrible sospecha” de contaminación masiva por ADN? ¿Qué sabe el IPE sobre este tema, dado que él mismo aconsejó a la empresa productora BioNtech obtener la autorización para la vacuna?
Engañados por las agencias
La MBV recordó que existen dos procesos de fabricación diferentes para las vacunas de ARNm, como mencionó claramente la Agencia Europea de Medicamentos en su informe de evaluación del 19.02.2021 (respecto a Comirnaty, EMA/707383/2020, CHMP).
«El producto sujeto para evaluación por parte de las agencias sanitarias fue una vacuna producida por qPCR. Sin embargo para producción masiva de vacunas Covid se utilizó entonces, un proceso significativamente "más rápido" al producir ARNm a partir de plásmidos de ADN.".
En su carta inicial a los médicos de cabecera, la MBV también acusó al IPE de engañar a médicos y farmacéuticos al afirmar que los beneficios de las vacunas de ARNm contra la Covid-19 superaban claramente los posibles riesgos. Innumerables estudios lo demuestran, pero las autoridades alemanas persisten en su política de desinformación.
«Es muy problemático que el IPE aún no haya intervenido poniendo en marcha sus propias encuestas para evaluar la calidad de los productos. Pero el hecho de que se arrogue el derecho de prohibir, sin fundamento jurídico y de forma totalmente inadecuada, una iniciativa privada encaminada a remediar la situación, no es en modo alguno comprensible. En última instancia, la acción del Instituto de Control parece tener como único objetivo impedir deliberadamente iniciativas encaminadas a establecer la seguridad de los medicamentos. ¡El Instituto Paul Ehrlich actúa claramente en contra de su misión legal!»
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El Plasmidgate bien podría ser el golpe definitivo a la política de “toda vacuna” aplicada por las autoridades sanitarias de diferentes países. Varios equipos de investigadores independientes han mostrado las diferentes formas en que las vacunas Covid atacan el genoma. En primer lugar, la presencia de ADN contaminante las inyecciones de Covid en cantidades que superan mil veces los residuos autorizados por la Agencia Europea de Medicamentos, puede provocar una modificación del genoma de la persona inyectada.
Pero aún hay otras razones por las que las inyecciones de Covid pueden tener graves consecuencias sobre la genética humana. La proteína Spike codificada en las vacunas no es la proteína Spike original, sino una versión que ha sufrido una modificación genética. Se trata, por tanto, de otras proteínas producidas por los vacunados. Un reciente estudio italiano ha permitido diferenciar las proteínas Spike naturales de las proteínas Spike de las vacunas en la sangre de los sujetos infectados.
Un descubrimiento reciente es que este “Spike modificado” provoca errores en la lectura del genoma, lo que da lugar a la producción de toda una serie de proteínas diferentes, conocidas o desconocidas, cuya acción en el organismo se desconoce.
En la etapa actual, “es una inmersión hacia lo desconocido”. Es prácticamente imposible predecir los efectos a corto y largo plazo y pueden variar de una persona vacunada a otra. Conscientes del peligro que esto representa, cada vez más científicos y médicos piensan que continuar utilizando tecnologías basadas en ARNm es una locura. Todos piden el fin inmediato de estos experimentos y la retirada inmediata de las vacunas que aún están en el mercado.
(Fuente: https://www.covidhub.ch/; visto en http://www.verdadypaciencia.com/)
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