Diez días después de que la clase política canadiense expusiera la sucia mentalidad occidental de apoyar cualquier cosa, nazi o no, contra los malvados rusos, el “analista” del Real Instituto de Asuntos Exteriores británico (el centro de operaciones de inteligencia y política exterior conocido como Chatham House), Keir Giles, ha dado un paso al frente para intentar recoger los pedazos. El trabajo de Giles como experto en política militar rusa incluye su artículo “Cómo Rusia utiliza las amenazas nucleares para configurar las respuestas occidentales a la agresión (Chatham House, 2023)”, toda una contribución a la fantasía utópica de que la guerra nuclear es sólo un gran juego de la ruleta rusa, y que siempre hay una manera de cruzar la próxima “línea roja” y Rusia finalmente se rajará.
El periódico metropolitano estadounidense Politico publicó su contribución, titulada “Luchar contra la URSS no te convertía necesariamente en nazi”. Allí, Giles estira sus sofismas al límite al dar un paso al frente para esta misión. Aunque luchar contra la URSS no te convertía necesariamente en nazi, presentarte como voluntario para unirte a la unidad especial “Galizien” de las Waffen-SS, aprobada personalmente por Adolf Hitler, alabada en persona por Heinrich Himmler, comandada por oficiales alemanes y dedicada a defender Ucrania de la conspiración “judeo-bolchevique”, es un buen comienzo.
La defensa de Giles es que la “verdad matizada” es que había dos “regímenes de terror” en ese momento, la Alemania nazi y la URSS, y es difícil elegir a cuál unirse, por lo que uno debe “ser indulgente” con los ucranianos que se unieron a las Waffen-SS nazis. Al fin y al cabo, no todos cometieron personalmente crímenes de guerra ... probados.
Cabría preguntarse, ¿qué hay del caso presentado por Polonia ante la ONU en 1947 de la División “Galizien” de las Waffen-SS, la unidad en la que estaba Yaroslav Hunka, que cometió un crimen de guerra al reunir y quemar vivos a más de 500 civiles polacos en febrero de 1944? Tales acusaciones específicas no existen para Giles. Más bien prescinde de ellos, explicando que “las narrativas simples como ‘todos en las SS eran culpables de crímenes de guerra’ son más penetrantes porque son mucho más sencillas de comprender”.
envió entre 1.200 y 2.000 de la División “Galizien” a Canadá para evitar tales juicios, y Canadá se sometió). En cambio, Giles afirma que, si el actual embajador ruso en Canadá cita “múltiples crímenes de guerra”, ello debería “hacer saltar las alarmas. Y seguramente que también en este caso los hechos se inventaron de la nada”. Traducción: Si Rusia está de acuerdo con la documentación polaca de 1947, entonces Polonia estaba equivocada. ¿Qué hay del hecho de que Heinrich Himmler viajara en persona hasta donde estaba la unidad “Galizien” para felicitarles por masacrar a los civiles polacos tres meses antes? Lo que Giles considera un “hecho” es que, puesto que Canadá nunca procesó a los hombres de las Waffen-SS -a los que se envió a Canadá precisamente para que nunca fueran procesados- entonces el crimen de guerra nunca se cometió. Fue “inventado de la nada”. Todo el asunto está mejor tratado en el sketch cómico de un minuto del año pasado:
Love this little clip.
— Masyanya (@Venividivici_80) November 12, 2022
pic.twitter.com/oQEGvexd7v
Por último, el asunto Hunka, para Giles, se reduce al peligro de que la desinformación haga tanto daño, que contrarrestar la desinformación, o “desacreditarla”, mediante un examen tan cuidadoso de la “verdad matizada”, no funciona realmente para las masas. La clara implicación es que las masas necesitan a alguien que las “pre-desacredite”, lo que en inglés significa que el Gran Hermano necesita censurar cosas con las que no se puede contar para que las masas lleguen a las conclusiones correctas.
Después de todo este soplar de humo, y dejando de lado la cuestión nazi por un momento, ¿alguien se ha dado cuenta de que la élite política de Canadá se puso a vitorear a cualquiera, en cualquier momento, que luchara contra Rusia, incluso cuando 44.000 canadienses murieron como aliados de Rusia? Hay que suponer que al menos parte de esta élite no sabía, o nunca se preocupó de pensar, en el sumiso papel de Canadá ante Londres al albergar, en masa, a los miembros de las Waffen-SS, saboteando así (o, en jerga periodística, “pre-desacreditando”) cualquier posible investigación de crímenes de guerra. Su ignorancia es un peligro estratégico. Sin embargo, es poco probable que la viceprimera ministra de Canadá, Chrystia Freeland, o Keir Giles, de Chatham House, desconozcan los juegos neonazis que se están llevando a cabo en la actualidad.
Hay que pensárselo dos veces antes de comprar la confrontación nuclear que vende Keir Giles.
(Visto en: https://www.mentealternativa.com/)
Y como colofón de esta reflexión acerca de cómo el mundo contemporiza con los criminales cuando comparte enemigos con ellos, traigo al blog el testimonio espeluznante de dos soldados judíos retirados de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) acerca de su experiencia en el ejército israelí, que relatan entre risas y sin asomo alguno de arrepentimiento: "Uno de los soldados judíos violó a una niña de 16 años (risas). Metió a los palestinos en una jaula y los mató. Los soldados persiguieron a los aldeanos con lanzallamas y les prendieron fuego. Si veía a niños de escuela con las manos en alto los mataba. Disparé y maté a todos. Es imposible para mí contarlos y saber cuantos maté".
Y tan aberrantes son las atrocidades que relatan como el hecho de que estos genocidas, autores confesos de crímenes contra la humanidad, viven como héroes y ciudadanos libres en el Estado terrorista de Israel.
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