Algunos tardan bastante en caerse del guindo. Hace ya más de dos años este humilde bloguero sintetizó en la introducción -de cuño propio- a un artículo demoledor de Joseph Mercola que "así como las bacterias generan resistencia a los antibióticos, las vacunas ejercen una presión evolutiva sobre los virus para acelerar las mutaciones y crear variantes capaces de evadir la respuesta inmune, por lo que serán más virulentas y peligrosas".
Entretanto, los medios de desinformación y propaganda difundían 24/7 el disparate acientífico de que éramos los no inoculados -es decir, los que no creábamos cambios en el entorno del supuesto virus al que éste hubiera de adaptarse- los que propiciábamos la aparición de variantes y cepas novedosas.
La andanada de beneficios que se están perdiendo los que se resisten a ser coba- yas sin garantías de la Big Pharma |
Perdón por la doble autocita, pero es descorazonador tener que esperar a que sean los medios de manipulación de masas los que proclamen lo que ya dijimos los "conspiranoicos" para que la gente despierte y se entere de algo de lo que está pasando. Luego presumirán de que creen en la ciencia, cuando lo científico siempre ha sido el cuestionamiento racional, analítico y constante de postulados que nunca son definitivos, y que, desde luego, no pueden asumirse como dogmas de fe. Ciencia y sectarismo son radicalmente incompatibles.
Otro día tocará recordar que existe la inmunidad natural, y que la salud no consiste tanto en introducir compuestos químicos en el organismo como en practicar un estilo de vida fisiológicamente correcto, suficiente para superar el 90% de las enfermedades.
Sí, incluida esa gripe sobredimensionada a la que los mercaderes de la salud llamaron "Covid"
(posesodegerasa)
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