jueves, 6 de enero de 2022

LA TALLA MORAL DE UN ESTADISTA DE MIERDA



Disculpe el lector habitual el exabrupto, bien ajeno al uso que me gusta hacer de la lengua castellana, pero si hay ocasiones que justifican el sacrificar la elegancia en aras de la expresividad ésta sin duda es una de ellas. No hay modo de glosar las aberrantes declaraciones del enano con ínfulas que gobierna (es un decir) el país galo sin señalar el uso canallesco, ofensivo y abyecto de una lengua tan capaz de modular incluso el resentimiento o la inquina sin caer en lo barriobajero y lo vulgar. Solo que ese uso adecuado del idioma de Balzac, de Verlaine y de Montaigne no parece al alcance del acomplejado que acabó casándose con su profesora de secundaria -el ideal romántico-delirante del pelota de clase-, del chico de los recados de los Rothschild que no tiene otra cosa que vender que su imagen de jovencito ultra-dinámico, aunque en los superficiales tiempos que corren basta con gestionar bien eso para ocupar la poltrona anhelada -¿verdad, Pedro Sánchez?-, del majadero populista que no sabe que también representa -o debería representar, pero para saberlo debería pensar como un estadista y no como un macarra- a los millones de ciudadanos críticos y conscientes que en uso de su libertad han decidido no someterse a un experimento sin garantías.

No, esta escoria humana solo representa los intereses del Big Pharma, del Club Bilderberg y del Foro Económico Mundial, de los círculos plutocráticos globalistas que nadie ha elegido pero que se creen dueños de la vida, de la salud y del destino de la raza humana, una ralea que detenta un poder inmerecido y del cual hacen un uso despótico y totalitario.

Los usureros habituales (los Rothschild, Rockefeller, Soros, JPMorgan, Goldman Sachs, ...) y los fondos BLACKROCK, BLACKSTONE o VANGUARD, que casualmente son los accionistas y dueños finales de los laboratorios de vacunas eugenésicas Pfizer, Moderna, Astrazeneca, Johnson & Johnson o Gilead han debido exigir a este impresentable, a esta tiñalpa encumbrada muy por encima de sus capacidades, que cargue las tintas y la suerte contra la ciudadanía remisa a rebajarse a cobayas humanas, y el grimoso lacayo no ha perdido el tiempo en intentar complacer a sus amos, solo que su sobreactuación y sus maneras chabacanas de chuloputas de tres al cuarto que se ha pasado claramente de frenada exponen a las claras que está absolutamente quemado, por lo que solo cabe esperar que los titiriteros que se han servido de él hasta ahora acaben prescindiendo de del lastre que empieza a suponer. Apesta a cadáver político, y me atrevo a profetizar que de esta metedura de pata hasta el zancajo va a salir trasquilado.

Te van a joder a tí, muñequito roto, y nadie lo lamentará. Hasta nunca, ridículo fantoche.

(posesodegerasa)

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