No han sacado una vacuna para vencer a un virus, han inventado un virus para inocularnos la vacuna. Esta es la clave para entenderlo todo. |
Desde el inicio de la plandemia ha muerto gente (todos los días se muere gente, todos los años) y seguirán muriendo más, porque lo estamos permitiendo, y ellos, nuestros dirigentes harán de la muerte un espectáculo, un circo, una propaganda mediática para seguir atormentado a la población, pero lamentablemente estas -dícese- autoridades nos han estado manipulando; ya que sabemos que la gente que ha muerto durante el confinamiento ha muerto de enfermedades previas o patologías preexistentes, es decir, enfermedades como cáncer, diabetes, cirrosis, paro cardíaco, neumonía, bronquitis aguda, y otras enfermedades que siempre hubo en la historia de la medicina, sin embargo nos han estado diciendo que morían a causa del virus Covid y es una gran mentira, una gran manipulación, a la que se han prestado los medios de comunicación comprados, pagados y financiados por los laboratorios y nuestros dirigentes, para engañar al pueblo.
La excusa del virus es única y exclusivamente para introducir sus vacunas contra el supuesto virus asesino, y si siguen con su engaño y manipulación va a seguir muriendo mucho más gente porque, ellos, nuestras autoridades están muy interesados en la distribución de vacunas, y ello por dos razones. La primera, cortoplacista, la mera codicia: el lucro previsto da para acallar muchas conciencias, porque es un negocio millonario en el cual todos los implicados van a sacar su buena tajada ... Pero existe otra razón más encubierta, que muchos de los corruptos que forman el brazo ejecutor de esta trampa probablemente ni siquiera conocen, porque con el señuelo de sus comisiones, mordidas y sobornos ya tienen lo que quieren, y lo que quieren no es saber a qué amo sirven sino la paga de Judas que puedan cobrar.
Y la razón de fondo de esta vacunación compulsiva y generalizada es marcar al ganado humano con implantes nanotecnológicos mediante los cuales todas nuestras funciones fisiológicas puedan ser monitorizadas, dirigidas y ordenadas por los controladores sociales que han decidido, hace ya tiempo, que sobramos muchas personas en el planeta del que se han adueñado con nuestro desconocimiento, con nuestro no querer saber, porque igual que a los políticos los han comprado con riquezas y prebendas, a nosotros nos ha bastado con comodidades y un estado de bienestar finalmente insostenible. Nos hemos vendido a un precio mucho menor que los Bilderberg y los G-8, y ya va siendo hora de darse cuenta.
Por supuesto que todo su plan será ejecutado con absoluto disimulo: insistirán en la mascarada del virus del que hay que protegerse y en la necesidad de disponer de certificados de vacunación para acreditar la salvífica inmunización. Pero han previsto -y estimularán, de hecho- que certificar esa documentación mediante documentos impresos creará un mercado negro de falsificaciones y fraudes. Después de un periodo de airada denuncia de este hecho, en el cual los borregos útiles serán, una vez más, el voluntarioso altavoz que amplificará el mensaje abnegado y filantrópico de los ingenieros sociales, convencerán a las masas de que solo un tatuaje subcutáneo garantizará la seriedad y eficacia de sus certificados "Covid free". Y los borregos aceptarán encantados que la élite les marque como a reses "por su seguridad y la de todos" con una tecnología invasiva de nuestra intimidad corporal. "Mi cuerpo, sus decisiones". Superada la barrera de la piel, la vulnerabilidad frente al poder será absoluta. Toda herida mortal empieza por abrirse camino a través de esa barrera. Y acaba desestabilizando los órganos internos, a los que les habremos dado acceso.
Una vez que hayan puesto sus nano-robots en nuestro organismo, pueden ordenarle estresarse, enfermar o morir a su capricho. Habremos renunciado definitivivamente a ser nuestros propios dueños.
¿Por qué iban a querer los poderosos matarnos sin más? se preguntará algún ingenuo. Sencillamente porque el sistema socio-económico que, bien que mal, viene funcionando en el mundo está llegando a su término. Diversos estudios han concluido que el colapso de este modelo se iba a producir en solo unas pocas décadas, y es obvio que esta voladura controlada del estado de bienestar exige la drástica disminución de la población: jubilados, desempleados, mano de obra no cualificada, ... están en la lista de "sacrificables" y van a por ellos. Las cifras mandan para aquellos que carecen de empatía y humanidad, la mafia financiera, mediática, petroquímica y farmacéutica, y se impone un reajuste que, incluso, justificarán cínicamente en su momento "por el bien de todos" (entiéndase, de todos los supervivientes al "gran reset"). Nos dirán que los recursos se estaban agotando, que estábamos "viviendo por encima de nuestras posibilidades" (¿les suena?), que estábamos en rumbo de colisión hacia el desastre.
Se callarán, eso sí, que el modelo que ahora consideran inoperante es el que ELLOS han creado, que la situación amenazante lo era para sus privilegios, que ELLOS, apenas el 1% de la población, poseen más del 50% de las riquezas del mundo, y que es su codicia lo que está haciendo reventar la civilización. Se callarán que el planeta, en las condiciones actuales, no solo puede alimentar a la población existente, sino que podría seguirlo haciendo aunque ésta se duplicase, pero que el precio a pagar por un mundo igualitario sería la renuncia al lujo y a esos privilegios en nombre de los cuales planean masacrar al "excedente de población". Se callarán que el "mundo sostenible" por el que abogan es el que sostiene la desigualdad y las jerarquías.
Es un truco viejo como el mundo: el prestidigitador llama nuestra atención sobre lo que hace con una mano (crisis, pandemia, vacunas, ...) mientras con la otra está ejecutando el truco que los espectadores no esperaban. Quien esté mirando a la mano adecuada no puede por menos que sobrecogerse ante el crimen que se está ejecutando a cámara lenta, con las víctimas aplaudiendo a sus verdugos y poniéndose en fila para inocularse el veneno letal que les anulará.
Que quieran asesinarte no implica que debas colaborar con ellos. Piénsalo, antes de que sea tarde.
(posesodegerasa)
Con mi agradecimiento a Kromer Crown, inspirador de esta reflexión y de quien he tomado íntegro el primer párrafo y el comienzo del segundo.
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