En 1971, el psicólogo Philip Zimbardo y sus colegas se propusieron crear un experimento que analizara el impacto psicológico de convertirse en prisionero o en guardia de una prisión.
Zimbardo, estaba interesado en la expansión en las investigaciones de Stanley Milgram. Concretamente, pretendía investigar más a fondo el impacto de las variables situacionales en el comportamiento humano.
La pregunta que guió dicha investigación era: ¿Cómo reaccionarán los sujetos del experimento cuando se les coloque en un ambiente carcelario simulado?
Zimbardo había especulado anteriormente sobre el tema y pensaba lo siguiente:
“Supongamos que sólo tuviéramos niños saludables a nivel psicológico y físico que supieran que serán enviados a entorno carcelario y que algunos de sus derechos civiles seran sacrificados. ¿Esas personas inmersas en un mal entorno se comportarán mal o su bondad natural prevalecerá?”
Para dar respuesta a estas cuestiones, Zimbardo creó una prisión simulada en el sótano del edificio de psicología de la Universidad de Stanford, y luego seleccionó a 24 estudiantes de pregrado para que adoptaran el rol de prisioneros y guardias.
La asignación de los roles se hizo al azar.
Los participantes fueron debidamente seleccionados para que no tuvieran antecedentes criminales, carecieran de problemas psicológicos y no sufrieran ninguna enfermedad o condición médica adversa.
Por lo tanto, los participantes en este estudio estaban saludables a nivel psicológico y físico.
Los voluntarios aceptaron participar en el experimento por un período de entre una y dos semanas.
Los “prisioneros” debían permanecer en la prisión simulada las 24 horas del día mientras durara el estudio. Los “guardias”, por el contrario, trabajaban en equipos de tres hombres en turnos de ocho horas. Después de cada turno, a los guardias se les permitia regresar a sus hogares hasta la llegada de su siguiente turno.
Los investigadores observaron el comportamiento de los presos y de los guardias gracias a la utilización de cámaras ocultas.
El experimento fue originalmente programada para durar dos semanas, pero tuvo que ser detenido después de tan sólo seis días, debido a lo que sucedió entre los estudiantes participantes. La actitud de los guardias se convirtió en excepcionalmente abusiva y los prisioneros comenzaron a mostrar signos de estrés extremo, ansiedad y depresión nerviosa.
Debemos tener en cuenta que a los presos y a los guardias se les permitía comportarse de la forma que quisieran. Sin embargo, las interacciones entre ambos grupos fueron generalmente hostiles o incluso inhumanas.
Los guardias pronto empezaron a comportarse de forma agresiva y abusiva hacia los prisioneros simulados y a medida que avanzó el experimento, casi la totalidad de los prisioneros acabaron mostrando una actitud pasiva y deprimida. Cinco de los estudiantes que ejercían de presos comenzaron a experimentar una ansiedad tan severa y aguda, que tuvieron que ser liberados del estudio inicial.
Zimbardo escribió más tarde, en su libro titulado “El Efecto Lucifer” que:
“Sólo unas pocas personas fueron capaces de resistir la tentación de ceder ante el abuso de poder y de dominación, manteniendo una cierta apariencia de moralidad y buenas costumbres; Yo, obviamente, no me incluía entre esa clase tan noble”
Incluso Zimbardo perdió la objetividad y el experimento sólo se detuvo cuando la que era su novia por aquel entonces, Christina Maslach, una estudiante de psicologia, expresó objeciones y amenazó con romper su relación con Zimbardo si el experimento continuaba.
El experimento de la prisión de Stanford demuestra el poderoso papel que la situación puede jugar en el comportamiento humano.
El simple hecho de vestir un uniforme de guardia de prisión, llevar unas gafas de sol y disponer de un bastón de mando hizo que los estudiantes que ejercían de guardias actuaran de acuerdo con el rol que ellos percibían que debían tener.
Este experimento demuestra los peligros que pueden llegar a representar las personas uniformadas con poder en situaciones extremas, como las que podrían derivarse si sus mandos les ordenaran reprimir a la población.
El simple hecho de tener poder y autoridad e ir uniformado, cambió la psicología de un grupo de estudiantes sanos.
Las conclusiones a las que el Estudio Zimbardo conduce, son realmente inquietantes …
(Fuente: http://www.thecommonsenseshow.com/; visto en http://elrobotpescador.com/)
El experimento de Stanford ha sido la base del libro "Black Box", de Mario Giordano, adaptado al cine en el año 2001 bajo la dirección de Oliver Hirschbiegel en un film que tuvo en 2010 su versión hollywoodiense bajo la dirección de Paul T. Scheuring, que aparecen enlazada bajo estas líneas.
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