De entre todos los disparates publicados por los propagandistas de la timovacuna en su afán por convencer a los simples, los temerosos y los directamente negados al análisis hay algunos que se llevan, indudablemente, la palma. Son los que atribuyen al experimento de nefastas consecuencias resultados no ya benéficos, sino directamente milagrosos. Es el caso de la información difundida por Clarín en enero de 2022 según la cual un hombre que había perdido la movilidad y la voz en un accidente automovilístico recuperó súbitamente sus facultades.
Fabricar un tratamiento experimental que no ha cumplido los protocolos de elaboración ni los plazos de rigor = Ciencia. |
En cualquier caso, la propaganda ya no adopta ningún matiz de credibilidad. Nos vende las historias más absurdas con un impudor delirante. Así que, amigo lector, ya sabes: la timovacuna no inmuniza, pero, dada su capacidad de obrar milagros, tal vez haya que empezar a llevar la contabilidad de si resucita a más muertos de los que provoca y al final resulte que los beneficios sí que superan a los riesgos.
(posesodegerasa)
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