sábado, 24 de diciembre de 2022
LA NOCHE DE LOS VACUÑAOS VIVIENTES
Hoy es un día duro para los vacuñaos. En las mesas de Nochebuena van a estar más tensos que el pavo la semana pasada. Tres años insultando a los purasangres de la familia, tres años portándose como miserables cobardes, tres años sin acertar absolutamente nada … y ahora a soportar las miradas del resto de la familia, que sí se dio cuenta ya del engaño, o que, aunque se metieron alguna dosis, nunca fueron talibanes agresivos.
Hace un año exigieron timotest, presionaron para que usted no fuera “por el bien de mamá” ¿se puede ser más asqueroso? Y ahora hasta el más covidicio tiene al menos la mosca detrás de la oreja. Que el exceso de mortalidad esté nutrido por vacunados con causas de muerte repentinas y compatibles con los efectos adversos que estaban descritos por los propios prospectos de las inyecciones, es algo que a nadie se le escapa. Solo hay dos tipos de personas, los que son honestos, se han dado cuenta de que fueron engañados y lo reconocen, y los vacuñaos, pertinaces y soberbios que no darán nunca su brazo a torcer por orgullo.
Hoy miles de nosotros vamos a verlos, y se disimulará hasta que el vino corra lo suficiente y el mínimo comentario haga saltar la chispa.
Personalmente no recomiendo callarnos, eso ya nos lo impusieron tres años. Pero hay que mantener la calma, cuando las evidencias son tan contundentes no hay que alterarse a se pierde la razón. Con paz y educación, pero sin ceder, porque hay niños escuchando y es muy importante que oigan lo que tienen que oír, les puede ir la vida en ello.
Usted y su pareja han sido heroicos, y los héroes no bajan la cabeza ante los necios, aunque tampoco los machacan. Vayan contentos, vayan seguros, sonrientes, el desasosiego es ahora de los vacuñaos, no suyo.
Hoy es la noche de los vacuñaos vivientes, podridos por dentro pero que todavía muerden y contagian.
Fernando Lopez-Mirones
(https://t.me/elaullido)
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