Y ni siquera eso es todo ... aún queda lo peor. Por si prefieres no seguir leyendo. |
Estamos viviendo una crisis diseñada para lanzar una Agenda contra la humanidad. Se ha permitido -y no desde la negligencia, sino desde una voluntad criminal impuesta a los gobiernos- la propagación de un virus no particularmente letal, pero sí diseñado específicamente -y su secuenciación genética prueba la existencia de inserciones intencionadas- para propagarse con pasmosa velocidad y, al hacerlo, barrer de la existencia a las personas mayores que ya no pueden producir, los jubilados que, en términos económicos, son una mera carga. Porque la infección respeta, en términos generales, a niños y jóvenes, a la mano de obra que el Sistema necesita para perpetuarse. Todo tiene una lógica abrumadora ... inhumana, pero indiscutible.
Asistimos, en definitiva, a la más pavorosa operación de eugenesia aplicada en Europa en los últimos ochenta años.
La pirámide de población se estaba descontrolando. Tenían que hacer "algo" ... y lo han hecho |
Y los ingenieros sociales que han aplicado esta "solución final" a un envejecimiento de la población que resultaba gravosa para la economía van a dejar que actúe durante el tiempo necesario para que la "limpieza" social que buscaban haga efecto.
Eso respecto a nuestros mayores, a los seres que se han dejado la piel para que viviéramos una existencia menos esclava que la que ellos han tenido.
Y a los que nos ha caído encima esta plaga bíblica que un demiurgo genocida ha decidido, sabemos que, si bien la aniquilación no es nuestro destino inmediato, sí pende sobre nosotros otro peligro en absoluto menor. La Élite oscura que ha orquestado este macabro "grand gignol" no tiene una meta única, su movimiento es la jugada maestra que cierra varias tramas a la vez.
Si los mayores han sido sentenciados al exterminio, nosotros encaramos la imposición, vía vacuna obligatoria, de un mecanismo de control social al que nadie podrá escapar.
La trampa es la vacuna.
Porque no se está pensando en la inmunidad natural que quienes hayan contraído y superado el Covid-19 habrán desarrollado (y recuerdo que en al menos un 80 % de los infectados eso es lo que cabe esperar). Los planes son otros ...
EE.UU. pretende tener su propia vacuna, en realidad, un tratamiento de profilaxis por transferencia de genes: un modo de editar la propia información genética que nadie sabe qué podría acabar produciendo a largo plazo.
China dice tener también su propia vacuna experimental, diseñada a toda prisa y que no ha cumplido con los protocolos sanitarios previstos.
Pero es el momento de mirar hacia la tercera vacuna que se nos presenta: la israelí. Israel viene anunciando su propio remedio para el contagio incontrolado. En realidad, su propia receta para marcar como a ganado a toda la población mundial mediante nanochips sensibles a señales de pulso electromagnético. Nanochips alojados en órganos, huesos y cerebro que funcionarían y reaccionarían al espectro radiológico del 3, 4, y 5 G, y las ondas escalares. Una intrusión en el organismo de las personas que permitirá rastrear cada movimiento, y "desactivar" selectivamente a los ciudadanos que ellos decidan. Sí, ejecutarlos cuando se rebelen o sean considerados "innecesarios".
Esto es lo que pretenden inyectarnos junto con una vacuna que para gran parte de la población es innecesaria |
El cine de ciencia ficción nos ha habituado a la idea de los "implantes" en el cuerpo del héroe, extraíbles si son localizados con precisión. Pues bien, no habrá posibilidad de localizarlos, puesto que hablamos de nanochips múltiples circulando por el torrente sanguíneo del huésped.
“Israel tenía la vacuna contra el coronavirus hace tres años y antes de la Alarma, China ya la tiene y ensayando. Israel cuenta con el visto bueno de todos los países para UN GRAN HERMANO MUNDIAL: el seguimiento de cualquier ciudadano con la excusa del virus y vacunas de gripe con nanochips personalizados en la sangre probados en el smartwine. Israel y China compiten por inocular sus propios nanochips en la población mundial”.
Marcarnos como a ganado, con la posibilidad de interferir en nuestras funciones e incluso aniquilarnos por control remoto es algo que va más allá de la más desquiciada distopía.
Ojalá pudiera decir otra cosa, pero la realidad es que el Mal con mayúsculas se ha desatado sobre la humanidad, y no podemos fingir que esto no está ocurriendo.
Solo podemos decidir qué vamos a hacer al respecto.
(posesodegerasa, citas en cursiva tomadas de esta y esta entradas de https://eladiofernandez.wordpress.com/)
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