jueves, 25 de enero de 2024
LA CENSURA QUE VIENE
El foro de Davos, con la presencia de Tedros Ghebreyesus, director de la OMS, ha anunciado la inminencia de una pandemia de "enfermedad X" ante la cual hay que cerrar filas y evitar toda crítica, no sea que a alguno le de por ponerse negacionista y no poner el brazo al maravilloso remedio que ya están fabricando
Las enfermedades X son un tanto peculiares:
1. Todavía no existen, pero se sabe que van a existir.
2. Ya tienen vacunas preparadas para esas enfermedades que todavía no existen.
3. Pretenden que las personas se inoculen preventivamente sustancias desconocidas.
Vamos, que se nos avecina la reedición del Covid, versión 2.0, jugada (o más bien, faena, en el sentido taurino) que no les acabó de salir redonda pero al menos les sirvió para determinar el nivel de sometimiento acrítico de una amplia mayoría de la población, telecreyentes tragacionistas sin capacidad de análisis racional que se dejarían matar si se lo sugiriera Belén Esteban (de hecho, es lo que están haciendo), así como los obstáculos que hay que neutralizar de cara a superar ese porcentaje de gente que aún piensa, aplica el principio de precaución y hace las cosas cuando encuentra un motivo sólido para hacerlas, lo cual excluye tanto las peticiones de fe ciega en los "expertos" sin nombre ni cara como las exhortaciones televisivas de parásitos con injustificable proyección social.
Y para que nadie pueda decir en voz alta que el plan oscila entre lo ridículo y lo macabro la U.E., como fiel lacayo de los globalistas, se ha aprestado a poner en marcha la consabida censura bajo el disfraz de "lucha contra la desinformación". Consecuentemente, las plataformas están actualizando su política de “contenido inapropiado”.
Ahora, a partir de febrero, van a silenciar cualquier canal que trate “acontecimientos sensibles”. Un término tan ambiguo que puede abarcar prácticamente cualquier tema o aspecto.
Como se ha dicho abiertamente y sin disimulo alguno en el Foro de Davos, todo lo que vaya contra la posición oficial de gobiernos y de la UE será considerado como “desinformación”, cuando no directamente “delito de odio”.
Así que, a partir de ahora, sólo se podrá hablar de cosas “chulis”. Nada que comprometa a nuestros amados líderes (algunos ni siquiera elegidos democráticamente).
En definitiva, una moderna censura, un nada disimulado control social, para callar la boca a los comunicadores que se salgan del camino marcado y osen contradecir las narrativas oficiales.
Por supuesto, y como es habitual, lo disfrazan con el manto del bien para los ciudadanos, la sociedad, el planeta y la democracia. Cuando lo que hacen es vulnerar el sagrado principio democrático de la libertad de opinión y expresión.
Por si alguien todavía tiene alguna duda, éste es el comunicado que está enviando Google a sus usuarios:
Me temo que Astillas de Realidad 2 no va a correr mejor suerte que su predecesora, cancelada por divulgar verdades incómodas que, para sumun de la ironía, a veces acababan siendo admitidas con años de retraso por los medios "mainstream".
Cuando cualquier día de estos un lector intente acceder al blog y se encuentre el infame rótulo "Este blog infringe los Términos del Servicio y solo está abierto a los autores" se habrá cumplido el destino natural de este tipo de medios en tiempos de totalitarismo. Ahora que aún no ha caído la guillotina, solo puedo recomendar a quienes valoren alguna de las entradas publicadas que las descarguen o copien (y a los que quieran y puedan permitírselo les agradeceré una donación que compense mi trabajo).
Por mi parte, no hay amargura en considerar lo que viene. La espada de Damocles ha estado pendiendo sobre el blog desde que lo reabrí, y si me silencian aquí ya encontraré otro modo de comunicarme. La censura siempre ha acabado por ser un estímulo para el ingenio (como demuestra la entrada que sigue), y me sobran ganas de seguir en la trinchera como para resignarme sin más a que la diversión se ha acabado.
(posesodegerasa)
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