martes, 31 de octubre de 2023

SIGAMOS LUCHANDO, ESTAMOS GANANDO


Al final se está demostrando que los bebelejías antivacunas
negacionistas teníamos razón en TODO: ni necesarias, ni se-
guras ni eficaces. De hecho, ni siquiera son vacunas.

El pensamiento disidente llamado "negacionismo", una palabra que nos impusieron pero que ya hemos asumido como sinónimo de buena persona, ha ganado ya decenas de batallas.

Han intentado muchas veces vendernos miedo de diferentes formas, la respuesta de la gente no ha sido la que esperaban.

Están gastando sus cartuchos, cada nuevo intento fallido los debilita más y nos hace más fuertes a nosotros, a usted y a mí.

Ahora disidir está de moda, y los creyentes en todo están siendo considerados personas dóciles sin criterio, y se dan cuenta. A la menor oportunidad se nos unen.

Es importante que seamos conscientes de la cantidad de iniciativas del NOM que hemos frenado gracias a que la opinión pública masivamente se nos adhiere en todo el mundo.

Ni siquiera su gran baza, el Cambio Climático Antropogénico, ha calado, solo fingen creerlo los que se benefician del dinero que se reparte.

Hasta los niños sospechan algo. Los jóvenes están despertando también.

Intentaron incluso usar a los ovnis, y la carcajada fue mundial.

Solo les queda una carta, una guerra mundial.

No sé si somos conscientes de que el NOM necesita engañar o comprar a al menos a la mitad de la población. Sin eso no pueden hacer nada. Estamos venciendo gracias a ti, somos cada vez más.

El escepticismo se extiende por el mundo, cada vez más personas dudan y sospechan que los macro organismos nos engañan, que no trabajan para los pueblos sino para las élites.

La semilla disidente, además, es transversal, germina en personas de todas las ideologías, nacionalidades, condiciones y edades. Desde el surgimiento del cristianismo no se ve un movimiento global tan potente.

Ser conscientes de nuestra propia fuerza nos hace invulnerables. A pesar de que invierten miles de millones en propaganda climática y pandémica, solo unos pocos lo creen. El fracaso vacunal es rotundo. La duda razonada impera.

El ciudadano medio ya no cree en el sistema como en 2019. Los que colaboran por medrar están quedándose solos, ahora sabemos que no se vacunaron. Temen que, finalmente, el pueblo les haga pagar por lo que hicieron y hacen.

Ahora son los colaboracionistas los que se esconden, los que se niegan a sí mismos, los que disimulan. Ya no están bien vistos a pesar de que reciben premios y ganan dinero por haber ayudado al mayor genocidio de la historia. Deben ser juzgados, no vamos a olvidar. Caerán.

Pero observo otro fenómeno no tan bueno. Se trata de periodistas y escritores influyentes que lucharon contra la plandemia, pero que ahora parecen que están abandonando el tema, y volviendo a sus antiguos sesgos políticos y geo estratégicos. Ya no hablan de las falsas vacunas, no de las repentinitis, ni del NOM; es como si quisieran ser aceptados de nuevo en el sistema, como si hubieran cumplido y ya. Noto que quieren blanquearse, que no han resistido la presión, quieren volver a ser analistas políticos al uso, de derechas o de izquierdas, y evitan escribir sobre lo acaecido hace cuatro años, ahora que los necesitamos más que nunca.

Se nos va a escapar la pieza herida sin rematar si hacen esto. Nos dejan solos de nuevo. Ahora que el pueblo nos apoya masivamente, más que nunca, ellos parecen querer volver a ser reintegrados como analistas sociopolíticos sin etiquetas negacionistas.


No hagáis eso, hay que mantener el esfuerzo o podríamos perder lo conquistado.

Fernando Lopez-Mirones
(https://t.me/elaullido)

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