El pánico es un miedo muy intenso y manifiesto, especialmente el que sobrecoge repentinamente a un colectivo en situación de peligro. Pues en estado de pánico lleva nuestra sociedad de individuos aislados casi tres años.
Un virus que no existe –virus creado por ordenador– cuyo peligro ha sido inflado mediáticamente hasta el paroxismo. Un miedo que sería muy fácil de desmontar por médicos y biólogos. Pero los médicos tratan a sus pacientes mediante protocolos creados por las farmacéuticas que financian a la OMS, una entidad privada. Los médicos son funcionarios de las Big Pharma. Y los biólogos no hacen más que trabajar para las Big Pharma o tocarse la caña en cualquiera de los miles de refugios para gandules incompetentes que ha creado el Estado.
Terrorismo mediático, definición gráfica |
«Vacúnate –¡participa en un experimento sin garantías de ninguna clase!–, por tu seguridad y la de los demás». Absurdo. El argumento de la seguridad ha sido siempre el de las dictadura más férreas. A los judíos se les enviaba a campos de concentración por su seguridad (previamente se habían sentado las bases sociales de la inseguridad, haciéndoles responsables de la ruina de Alemania, fuera ello cierto o no). La realidades que el pánico sirve para inocular la verdadera enfermedad Covid: las mialgias, el sabor metálico en la boca, la inflamación generalizada de endotelios, el «pulmón Covid» y la asfixia correspondiente, las embolias, las arritmias de corazón y las muertes por «repentinitis».
Debemos ir sacando lecciones y conclusiones de esta pantemia: dos símbolos sociales han caído para siempre, el médico y el periodista. Ya no existen más que unos pocos de ambos que merecen tales nombres, y militan en nuestro ejército de los despiertos, los «conspiranoicos» que se adelantan meses al inevitable conocimiento de la verdad.
SER UN VERDADEROCIENTÍFICO O INFORMAR DE LA VERDAD SON ACTOS PROHIBIDOS EN EL PLANETA DE LOS SIMIOS DE NARIZ GANCHUDA.
¿Podemos salir de ésta sin que sea con los pies por delante? Desgraciadamente, el pueblo llano solamente despertará cuando empiecen a rodar cabezas de los responsables de manera bien visible. El paisano no entiende otra cosa: «Los matan, por algo será».
Así que no podemos esperar más: deben caer los Gates, Schwab, Ghebreyesus, Sánchez, Trudeau, Macron, y el resto de hideputas que han llegado al poder gracias a la Agenda 2030.
Esos mandatarios europeos están cobrando cantidades ingentes de dinero en paraísos fiscales a cambio de que hundir las economías de sus países. Así de claro.
O los liquidamos (socialmente, físicamente, lo que más corra) o la ruina arrasará el planeta.
A los verdaderos responsables jamás conseguiremos cazarlos. No existen mediáticamente. Son los Rothschild, los Warburg, los Morgan, los Rockefeller, Kuhn, Israel Moses Seifs, Lehman, Lazard, Loeb, Schiff, Stillman, Davison, Schwartz. ESTO ES EL CONSEJO DE LOS 13, ni más ni menos. Y al frente, el que funge de Rey del Mundo, según la promesa de Yahweh al Pueblo Elegido.
Ordoño Cabezas
(Visto en https://acratasnet.wordpress.com/)
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