domingo, 29 de enero de 2023

“CIUDADES 15 MINUTOS”, LAS CÁRCELES DEL FUTURO



Dicen los “expertos” que la “pandemia” ha puesto de manifiesto la carencia que tienen las ciudades desde el punto de vista de salud y sostenibilidad, y que, por lo tanto, se ha incrementado el deseo de vivir en ciudades, pueblos y barrios funcionales a tamaño humano. Evidentemente, para conseguir entornos urbanos más habitables será necesario que las administraciones implanten nuevas políticas de urbanismo. Y aquí es donde se quiere que entren en juego las “ciudades 15 minutos”.

Pero, ¿qué es una “ciudad 15 minutos”? El concepto de “ciudad 15 minutos” se basa en el trabajo del urbanista, Clarence Perry, “La Unidad Vecinal”, que ha sido readaptado a los tiempos modernos por Carlos Moreno, Catedrático de Emprendimiento de la Universidad Sorbona de París.


Carlos "el carcelario" Moreno, emprendedor de 
mamarrachadas al gusto del N.O.M.
Según Carlos Moreno, la “ciudad 15 minutos” es aquella en la que la cercanía de los servicios facilita la vida de los ciudadanos. Lo que se pretende, es tener una mini ciudad dentro de una gran ciudad, donde no haya que desplazarse –no más de 15 minutos- para poder comprar, acceder a la sanidad, trabajar, acudir a diferentes eventos culturales, deportivos, etc. En definitiva, poder tener cubiertas prácticamente todas nuestras necesidades de vida en un radio de 15 minutos alrededor de nuestra residencia habitual.

Algunas ciudades como Oxford, París, Barcelona, Porland, Buenos Aires, Brisbane o Melbourne, entre otras, están incrementando esta iniciativa. Parece que Oxford ha tomado la delantera y ya tiene un proyecto muy avanzado que pretende poner en marcha en 2024. Con la excusa del cambio climático, donde los convencidos de esta estupidez quieren acabar con las emisiones de CO2 a la Atmósfera, van a encerrar a la gente ya no es ciudades, que también, sino en distritos. Así que mucho me temo que no se trata de hacernos la vida más agradable, sino de encerrarnos en ese “lindo paraíso de 15 minutos”.

Según una publicación reciente, el Consejo del Condado de Oxfordshire se está preparando para comenzar en 2024 cuarentenas climáticas. Van a dividir la ciudad de Oxford en 6 vecindarios de 15 minutos, e instalarán todo tipo de artilugios electrónicos para controlar quien entra y sale. En resumen, con la excusa de salvar el planeta van a encerrar a los ciudadanos en distritos (celdas) dentro de ciudades (prisión).

Mucha de la tecnología para llevar a cabo la opresión y vigilancia que se precisa para implementar un proyecto como este ya está funcionando. Controles en aeropuertos, cámaras instaladas por todas partes, registros biométricos, códigos QR, pasaportes sanitarios, tarjetas de identificación digital, “vacunas” y ahora la llegada inminente de las monedas digitales de los bancos centrales (CBDC) son todo lo que se necesita para encerrarnos a los borregos para siempre y convertirnos de una vez por todas en lo que somos, ganado.

Lo más increíble es que no se requerirá la presencia de un policía en cada esquina para que no salgamos de nuestra “ciudad 15 minutos”. Serán el Internet de las Cosas, los Big Data, la Inteligencia Artificial, la Blockchain, el Crédito Social y las monedas digitales de los bancos centrales (CDBC) los carceleros de esta prisión”. Tal es así, que nuestro coche (si es que aún lo tenemos) se parará automáticamente si salimos de nuestro distrito sin permiso. Tampoco podremos comprar nada que no esté autorizado y nuestro dinero no servirá fuera del radio de 15 minutos. Y como todo quedará grabado y registrado, podremos ser sancionados de inmediato. Increíble, ¿verdad? Pues la tecnología para hacerlo existe, así que mucho me temo que solo es cuestión de tiempo.



Ante tanta nueva situación distópica es urgente preguntarse: ¿qué le ha pasado al hombre? ¿Por qué ha aceptado una dominación que raya la obscenidad? ¿Cómo permite a otros hombres que le digan lo que puede o no puede hacer y le encadenen al obligado cumplimiento de estúpidas leyes draconianas?

Hubo un tiempo en el que no existía ninguna de esas leyes absurdas que regulan todos los aspectos de nuestra existencia. Ciertamente, la vida era dura y las cosas distaban mucho de ser perfectas, pero la gente era, a todos los efectos, tremendamente más libre que en la actualidad. Fue una época de libertad que podríamos denominar “superior” comparándola con lo que es hoy.


En la actualidad contamos con adelantos tecnológicos para lograr una sociedad casi perfecta. Entonces, ¿por qué estamos como estamos? Pues porque nuestros dueños –esos dementes egoístas que se han apoderado de todo- ya se han asegurado de limitar nuestras capacidades innatas, de que recibamos una educación mediocre, de que el verdadero conocimiento esté fuera de nuestro alcance y de que solo estemos interesados en el entretenimiento banal. De esta manera han aniquilado al hombre y creado al “hombre-masa”: un borrego que carece del más mínimo pensamiento crítico y se cree todas las estupideces habidas y por haber.

Visto lo vivido estos tres últimos años creo que nos encerrarán en “ciudades 15 minutos”, entregando voluntariamente nuestra libertad a cambio de esa supuesta seguridad. Pero la libertad no se puede ceder. La libertar se vive y punto. Nadie puede ser dueño de nuestra libertad por muchos papeles que así lo acrediten. ¿Cómo es posible que la gente no entienda esto?

La mayoría de la población ha perdido el norte. Vive en un estado de ansiedad permanente provocado por un miedo continuo. Es una sociedad que no piensa, que está tremendamente insatisfecha y solo espera la gratificación pecunia semanal, mensual o anual de sus amos. En eso nos hemos convertido.

Lo que estamos a punto de aceptar es, sin duda, la puntilla para nuestra especie y pone de manifiesto la cruda realidad: la humanidad está al borde de la aniquilación voluntaria, si es que no lo está ya.

Un distópico proceso de control político-financiero centralizado se ha puesto en marcha. En los próximos 3-5 años ese control se acelerará a través del sistema monetario: harán desaparecer el dinero físico que nos da libertad, dando paso a las monedas digitales de los bancos centrales (CBDC) que nos esclavizaran. Y cuando esto ocurra ya no habrá vuelta atrás.

¿Crees que es otra teoría conspiranoica? Pues piensa que también lo fueron en su día que con la excusa del Covid “vacunarían” a toda la población mundial, que el cambio climático antropogénico sería un suculento negocio o que se avecinaba una tremenda deflación. Sin embargo, esas supuestas teorías de la conspiración se han cumplido. Recuérdalo cuando estés encerrado “disfrutando” del puto “paraíso de 15 minutos”.

(Visto en http://pepeluengo.blogspot.com/)

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