domingo, 17 de julio de 2022
EL COLAPSO PLANIFICADO DE LA ECONOMÍA HA COMENZADO (1ª parte)
¿Alguien duda, a estas alturas, que la economía mundial está colapsando?
El colapso de la economía lleva décadas siendo provocado intencionadamente por los bancos centrales que, a golpe de flexibilización cuantitativa, han generado una deuda monumental imposible de pagar. Desde la crisis de 2008, los más importantes bancos centrales mundiales se han puesto a dar créditos, a diestro y siniestro, sin precedentes en la historia de la economía mundial.
La compra de bonos, y el mantenimiento de las tasas de interés cerca de cero o negativas, han propiciado una burbuja de “crédito barato” dando lugar a la actual estanflación. Pero la economía moderna no está preparada para la estanflación; y lo saben. Por eso, lo que vamos a ver en los próximos meses, salvo que ocurra un milagro, es la peor depresión económica de la historia de la humanidad.
La Reserva Federal de EEUU está a punto de dar la puntilla a la burbuja financiera especulativa más grande de la historia. Por cierto, una burbuja que los bancos centrales han creado deliberadamente.
La decisión de la FED, de imponer el mayor aumento de tipos de interés en 28 años, garantiza una depresión global inevitable. Y de eso se trata.
Los bancos centrales mienten; y lo saben. El aumento de las tasas de interés no pretende frenar la inflación, como se nos quiere hacer creer, sino llevar a cabo un control global sobre los bienes raíces, la industria, la producción de alimentos, el agua, la energía, etc. Además, lo que verdaderamente está provocando una mayor inflación son las políticas de energía verde. Es decir, la insistencia patológica de las principales economías del mundo en impulsar la Agenda 2030 (anti hidrocarburos) que está haciendo estragos.
¿Y qué decir del mercado de las ciptodivisas que se las prometía tan felices? Pues que también se está derrumbando. Si en noviembre de 2021 un Bitcoin cotizaba a 60.000 €, ahora lo hace a 20.000 €.
Contrariamente a la creencia popular, el mercado de valores no es el corazón del sistema financiero mundial, sino el mercado de bonos gubernamentales y corporativos. Y, claro está, debido a la inflación galopante y al aumento de las tasas de interés, este mercado, que representa unos activos de más o menos 260 billones de dólares, está perdiendo valor a pasos agigantados.
Evidentemente, a medida que cae el precio de los bonos baja el valor del capital bancario expuesto a esos productos. Y los más expuestos son los grandes bancos de la UE, los japoneses y, en última instancia, los estadounidenses.
Pero está crisis no va a ser como las anteriores. A diferencia de lo que sucedió en la última (la del 2008), ahora los bancos centrales no acudirán al rescate con más flexibilización cuantitativa. Esta vez la crisis se utilizará para obligar al mundo a aceptar una nueva moneda digital de los bancos centrales CBDC (acrónimo de sus siglas en inglés, Central Bank Digital Currency).
Pero, ¿por qué y para qué crear una moneda digital cuando ya tenemos, de hecho, prácticamente todo el dinero digital? Pues para dar paso a un nuevo sistema monetario, donde todo el dinero se emitirá y controlará de forma centralizada. En definitiva, lo que lleva anunciando el Foro Económico Mundial en su programa del Gran Reinicio.
Según una Directiva de la Comisión Europea, para el año 2024 los países de la UE deberán establecer una identidad digital para todos sus ciudadanos. Se puntualiza que será para su seguridad y bienestar. Pero a este, llamémoslo así, “porta documentos digital”, se le podrá añadir cualquier tipo de información relativa a su titular como informes médicos, historial de vacunación, información fiscal, carnet de conducir, huella personal de carbono, carnet de crédito social y, por supuesto, la moneda digital de los bancos centrales CBDC.
Pero parece que se les olvido un pequeño detalle: que esta moneda además de ser digital puede ser programable. Es decir, a diferencia del dinero electrónico que utilizamos ahora, las CBDC pueden estar condicionadas al comportamiento del titular. De ahí la importancia de avanzar cuanto antes en la implantación del carnet de vacunación, crédito social, huella personal de carbono, etc.
Con esta nueva moneda, por ejemplo, si infringimos alguna norma de tráfico pueden restringirnos la compra de combustible, o si no nos ponemos la enésima dosis de refuerzo no podremos tener asistencia sanitaria. Como comprenderás, se puede aplicar a cualquier cosa.
Desde el punto de vista económico es mucho más grave. Esta moneda digital programable no puede considerarse una moneda al uso. Será una especie de bono canjeable por bienes y servicios condicionado a un comportamiento social adecuado. Pero, ¿adecuado para quién? Te lo puedes imaginar.
Una moneda así nos llevará directamente a una economía totalitaria, donde todo tipo de restricciones imaginables se podrán aplicar a cualquiera al instante.
Si piensas que esto no va a ocurrir nunca o, en el peor de los casos, tardará mucho en implementarse, te equivocas. Todo está programado para que el nuevo paradigma esté operativo en el año 2030. ¿Entiendes ahora los cambios distópicos acelerados que se están produciendo?
La era del modelo económico y cultural occidental está llegando a su fin. Si no le ponemos remedio se producirá el colapso deseado y programado por las élites para la implantación de su Nuevo Orden Mundial.
Pero para que esto ocurra, primero tienen que acabar con el dólar; y lo saben. Si cae el dólar, EEUU dejará de ser la potencia mundial que es ahora mismo y podrán imponer un gobierno global bajo la tutela de Naciones Unidas, la OMS y las grandes corporaciones (los mismos perros con distintos collares intentando mantener su poder a través de otras instituciones).
Esto es lo tiene previsto el FEM para intentar frenar la amenaza de que China se convierta en la nueva potencia hegemónica mundial.
¿Y qué pasará con los BRICS?
Continuará. Pero como dice el humorista José Mota, hoy no, ¡mañana!
(Visto en http://pepeluengo.blogspot.com/)
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