miércoles, 8 de junio de 2022
LOS MEDICAMENTOS DE ALTO RIESGO MEDIANTE LOS QUE SE PRODUJO EL GENOCIDIO DE LAS RESIDENCIAS
Los que no hemos sido abducidos por el relato manipulador y efectista de los medios oficiales recordamos cómo el miedo al Covid se alimentó en su origen de una elevada mortandad entre nuestros mayores. Hoy sabemos que la causa de tantas muertes no fue un novedoso síndrome, sino los protocolos asesinos impuestos desde instancias políticas, protocolos que condujeron a la desatención de enfermedades subyacentes, a la negativa a atender hospitalariamente a los confinados en residencias, al aislamiento y el miedo, a derribar el precario sistema inmunológico de ancianos que fueron considerados prescindibles y tratados en consecuencia ... Pero como guinda del pastel envenenado cocinado por las "autoridades sanitarias" al dictado de la OMS, el FMI y demás instrumentos de la vesania globalista no debemos olvidar la medicación inadecuada con la cual se les aplicó una no solicitada eutanasia en serie. Estos medicamentos fueron administrados de forma masiva a los más vulnerables, a los ancianos en las residencias, a las personas más enfermas en los hospitales y ahora -los protocolos genocidas siguen operativos- se administran masivamente a los no vacunados para intentar seguir vendiendo a los crédulos la ya insostenible fantasía de que la pandemia les afecta a ellos.
Lopinavir-Ritonavir (Kaletra). Algunos datos indicados en la ficha técnica del producto: Durante la post-comercialización, se han comunicado casos potencialmente mortales de toxicidad cardiaca (incluyendo bloqueo auriculoventricular completo (AV), bradicardia y cardiomiopatía), acidosis láctica, insuficiencia renal aguda, depresión del SNC y complicaciones respiratorias. No se pueden descartar potenciales efectos cardiacos de este medicamento en humanos.
Remdesivir (Veklury). Algunos datos indicados en la ficha técnica del producto: “se encuentra en fase de investigación porque todavía se está estudiando” y “se conoce información limitada sobre la seguridad y eficacia de usar Veklury para tratar a personas hospitalizadas por COVID-19”. Los posibles efectos secundarios de Veklury son los siguientes frecuentes: trastornos cardíacos, Lesiones traumáticas, intoxicaciones y complicaciones de procedimientos terapéuticos. El documento oficial añade que “No mucha gente ha recibido Veklury. Pueden producirse efectos secundarios graves e inesperados”. Toxicología: tras la administración intravenosa de remdesivir a monos Rhesus y ratas, se produjo toxicidad renal grave después de tratamientos de corta duración (…) y la muerte imprevista de un animal a un nivel de dosis de 20 mg/kg/día.
Tocilizumab (RoActemra). Es un un costoso medicamento para la artritis reumatoide de la farmacéutica Roche del que aún no hay evidencia sobre su seguridad y eficacia y según el laboratorio indica, sus efectos secundarios frecuentes o muy frecuentes son: “infección en vías respiratorias, neumonía, dolor abdominal, ulceración oral” entre otros. Algunos datos indicados en la ficha técnica del producto: se han notificado infecciones graves y en algunos casos mortales en pacientes que reciben agentes inmunosupresores incluido RoActemra. Se ha notificado reactivación viral (por ejemplo, virus de la hepatitis en pacientes con AR que estaban en tratamiento con terapias biológicas. Se han notificado reacciones de hipersensibilidad graves asociadas a la perfusión de RoActemra. Estas reacciones pueden ser graves y potencialmente mortales. Durante la comercialización se han notificado casos de enfermedad pulmonar intersticial (incluyendo neumonía, y fibrosis pulmonar) alguno de los cuales fue mortal.
Baricitinib (Olumiant). Otro fármaco anteriormente prescrito para la artritis reumatoide, según indica vademecum en sus advertencias, causa aumento en el riesgo de infecciones, no se recomienda en pacientes con infecciones activas y aumenta el riesgo de reactivación viral, entre otros efectos adversos.
Fentanilo. Según indica su ficha técnica: El uso de fentanilo en pacientes que no hayan recibido opioides anteriormente se ha asociado a casos muy poco frecuentes de depresión respiratoria significativa o mortalidad cuando se usa como terapia de opioides inicial. Existe el riesgo de hipoventilación grave o mortal, aunque se utilice la menor dosis de fentanilo al iniciar la terapia en pacientes que no hayan recibido opioides anteriormente. Fentanilo puede producir bradicardia. Existe la posibilidad de que se desarrolle el síndrome de la serotonina, que puede ser mortal, si se usan al mismo tiempo principios serotoninérgicos activos.
Propofol. Según su ficha técnica puede producir: insuficiencia cardíaca, circulatoria o pulmonar e hipovolemia. Propofol no debe administrarse a pacientes con insuficiencia cardiaca avanzada. El uso de perfusiones de emulsión de propofol para la sedación en cuidados intensivos se ha asociado con un conjunto de alteraciones metabólicas y fallos orgánicos sistémicos que pueden provocar la muerte.
Morfina. Según la fecha técnica del producto, este medicamento está contraindicado en pacientes con depresión respiratoria o enfermedad respiratoria obstructiva grave. El perfil toxicológico de la morfina es similar al del resto de analgésicos opiáceos, aunque los efectos aparecen con más frecuencia. Los efectos adversos más característicos son: trastornos cardíacos: parada cardiaca, taquicardia y bradicardia, hipertensión, hipotensión, hipertensión intracraneal, colapso.
Entubado. Un estudio multicéntrico internacional liderado por Vincenzo Russotto, de la Escuela de Medicina y Cirugía de la Universidad de Milano-Bicocca (Italia), revela que el 45,2 por ciento de los pacientes sometidos a este procedimiento experimentaron al menos un evento clínico mayor, y uno de cada tres (32,8 por ciento) murió en la UCI. De entre los eventos clínicos, el principal fue la inestabilidad cardiovascular, presente en el 42,6 por ciento de los pacientes. El siguiente más común fue la hipoxemia severa (9,3 por ciento) y, después, el paro cardiaco (3,1 por ciento).
A estos protocolos que han acabado con la vida de cientos de miles de personas debemos sumar dos factores añadidos: la retirada total de la alimentación tras el ingreso en UCI, el aislamiento y la incomunicación, hechos agravantes y tortuosos para los pacientes, que se veían tratados como si se hubieran convertido kafkianamente en una suerte de organismo alienígena hostil al que operarios vestidos de astronautas fumigaban
Recuerdo al lector que nadie ha asumido responsabilidades aún por este genocidio, y que ninguno de los grupos parlamentarios del Congreso ha apoyado hasta ahora la apertura de una comisión de la verdad que recoja testimonios y determine quiénes fueron culpables de este crimen.
(Fuente: https://periodistasporlaverdad.com/)
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