jueves, 14 de abril de 2022

VÍDEODIVERSIDAD



Cuesta conseguir información contrastada de lo que está pasando en Shanghai, por eso no me atrevo todavía a asegurarles nada aquí.

Pensemos que SIEMPRE nos engañan, sobre todo con las imágenes; no nos fiemos nunca de los vídeos, nos los enseñan filtrados y siempre con un objetivo.

Sin embargo, nos afectan más que la información leída o escuchada porque somos un primate visual.

Cuando cuentan asintomáticos en lugar de enfermos, y refugiados en lugar de muertos, nos la están colando también con los datos, confundiendo causas con efectos. Los asintomáticos y los refugiados los crean ellos a base de miedo y desinformación de las TV y radios.

Vivimos en un mundo en el cual cada persona es un camarógrafo, por eso parece que ocurren más cosas que antes, pero no es cierto. Ellos pusieron una cámara en cada ser humano deliberadamente para después elegir solo los vídeos que perpetúan el relato, y para grabarnos a nosotros.

No olvide nunca que su teléfono móvil le está escuchando siempre. Con esa información audiovisual privada es extremadamente fácil chantajear a políticos y dirigentes, a menudo con grabaciones de sus familiares más directos.

La vergüenza mueve montañas, un vídeo de alguien famoso haciendo o diciendo ciertas cosas vale su peso en oro.

Simplemente todo se graba con el móvil de alguien o con el propio.

Hace poco tiempo era necesaria la presencia de un equipo de filmación compuesto por dos o tres personas y costoso para tener imágenes de algo. Hoy lo que hacen es seleccionar, de las decenas o cientos que reciben, solo las que interesan al relato pactado globalitarista.

Por eso me niego a pensar basándome en vídeos, y menos si los emiten en noticieros.

Pero sí sabemos una cosa, las muertes post vacunales, tal y como anunciamos, están causando masacres lentas, sostenidas y sistemáticas, por lo cual deben inventar excusas para justificarlas.

Volodomir sabe secretos que hundirían al gobierno Biden y seguramente a algún otro. De ahí la obsesión mundial del globalismo por ocultar las pruebas que las tropas rusas pudieran encontrar en esos laboratorios biológicos ilegales.

Cuidado, como todo buen prestidigitador sabe, el ojo engaña.

Fernando López-Mirones
(https://t.me/elaullido)

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