El sistema inmune de todos los mamíferos sanos es un mecanismo natural, gratuito y sin efectos adversos.
La hiperestimulación inmune constante que propone la industria médica causa enormes daños a nuestro organismo.
El estudio titulado “Teoría de la autoinmunidad como una criticalidad auto-organizada“, fue publicado en la revista PLoS en el 2009 y lo demuestra.
En él explican el peligro de las supuestas inmunizaciones repetitivas.
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La sobreestimulación de los linfocitos T condujo a efectos citotóxicos en cadena y ocasionó daño en los tejidos.
Las conclusiones fueron contundentes: "la autoinmunidad sistémica es la consecuencia inevitable de sobreestimular el sistema inmune del hospedador por la inmunización repetida con ese mismo antígeno, a niveles que sobrepasaron la autoorganización crítica" del organismo.
Este artículo fue publicado cuando todavía se podía; como siempre digo, a menudo se obtienen grandes descubrimientos haciendo arqueología científica de lo editado antes de la censura de los laboratorios que hoy dominan el mundo.
La gente poli-inoculada va a tener en el futuro graves problemas directamente proporcionales a las dosis que se inoculen, están destrozando su sistema inmune a cambio de nada.
Por eso es tan importante que los que se hayan inoculado ya una o dos dosis dejen de inmediato de hacerlo. El efecto es acumulativo y se agrava con cada pinchazo. Por tanto esa lógica de que como no me ha pasado nada hasta ahora voy a seguir es absurda.
Cualquiera puede fumar un cigarro, circular sin cinturón de seguridad o cruzar una calle sin mirar sin que le pase nada malo, pero resulta obvio que si lo hace las veces suficientes acabará mal. Esto es igual, en la ruleta rusa solo hay una bala, pero si juegas mucho al final te toca.
Gracias a la Dra Karina Acevedo de donde procede la información de este estudio.
Fernando López-Mirones
(https://t.me/elaullido)
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