viernes, 14 de enero de 2022
CREADO EL GRUPO DE CONTROL VACUNAL SARS-COV-2
I
El Estado Español (como tantos otros, ciertamente) ha hecho una dejación absoluta de sus obligaciones sanitarias al permitir que las vacunas y sus contenidos fueran secretos. De hecho, España firmó el compromiso, junto con la EMA y la OMS, de comprometerse a no conocer el contenido de los viales de las vacunas contra el supuesto SARS-CoV-2 durante los próximos 50 años. La Alta Inspección de Farmacia del Estado está atada de pies y manos. No puede analizar ni conocer, y menos divulgar públicamente, qué contienen las vacunas de ninguna marca conocida. Es bien sabido que la presidenta del Consejo Europeo, Ursula von der Leyen, es la esposa de Heiko von der Leyen, jefe técnico de la empresa Orgenesis Inc. que maneja los intereses de Pfizer ante la UE, confirmando la pútrida combinación entre los altos responsables políticos de la UE y la mafia Big Pharma. Úrsula acaba de imponer el pasaporte Covid y la vacunación a los niños. Ha comprado 900 millones de dosis a Pfizer y ha adquirido el compromiso de comprar idéntica cantidad en los próximos 5 años. El mordisco para su familia es multimillonario, como demuestra su sonrisa extendida de oreja a oreja.
Pero la sociedad civil española no ha suscrito ninguna clase de «acuerdo de ignorancia» con las Big Pharma. Por eso, La Quinta Columna tomó la responsabilidad no asumida por el Estado Español y mandó analizar científicamente el contenido de diversos viales de distintas marcas de vacunas. El resultado es el Informe Campra, que demuestra que las vacunas contienen óxido de grafeno reducido (GO-r), un tóxico que resulta letal en combinación con la radiación de ciertas frecuencias en la banda del 5G (22,6 GHz) por las antenas de telefonía móvil.
II
La Sociedad Civil habrá de hacerlo una vez más. Otra vez estamos ante el panorama de dejación de responsabilidades por parte del Estado y de las Big Pharma: Las vacunas multidosis eclipsan al grupo de control vacunal, obligatorio en toda vacuna experimental, ése al que se administra a doble ciego placebo para controlar posteriormente los efectos secundarios de la vacuna. Se sabe que tan sólo el 20% de los viales contienen solución salina, placebo. Al tratarse de multidosis, el grupo se va reduciendo en un 80 % tras cada inoculación. Así, se reduce tras el tercer pinchazo a un escaso 8 por mil de los vacunados, imposibles de localizar y controlar. ¡La vacuna carece de control sanitario! Por eso persiguen a los no vacunados, para que no quede rastro de ninguna clase de control y su falso relato no tenga contraste científico. Se trata de un fraude merecedor de encarcelamiento tanto a los responsables de la Big Pharma como a los del Estado Español y a los de las instituciones supranacionales.
Ante este nuevo escándalo sanitario, la sociedad civil toma de nuevo la responsabilidad que el Estado rehúsa y crea el Grupo de Control Vacunal (GCV) cuyos inscritos:
– No han sido vacunados.
– Se comprometen a no vacunarse bajo ninguna circunstancia.
– Se comprometen a comunicar periódicamente su estado de salud al GCV.
– Se comprometen a llevar la vida lo más normal posible, sin más limitación que el cumplir la Ley.
– El GCV publicará periódicamente los resultados del grupo de control: enfermedades, fallecimientos, hospitalizaciones, etc. Basta de manipulación de cifras por parte de los medios y del Estado. Basta de fraude sanitario. Basta de genocidio organizado.
– Cualquier voluntario causará baja del GCV en cuanto reciba una vacuna contra el SARS-CoV-2 o contra cualquier otra enfermedad. Inoculaciones cero.
Como quiera que el pertenecer al grupo GCV puede constituir un riesgo para la intimidad personal, la base de datos será inaccesible. Los datos estarán codificados. Jamás se entregarán a las autoridades del Estado, sospechosas de contubernio con las Big Pharma. Y caso de que el voluntario lo requiera, sus datos no se almacenarán y serán sustituidos por un código SHA-512, obtenido de esos precisos datos. Cualquier voluntario podrá demostrar su pertenencia al GCV cuando quiera, facilitando sus datos y su código SHA y comprobándose que el código SHA almacenado es el mismo.
El GCV facilitará a cada inscrito, si así lo desea, una tarjeta sanitaria que autentifica su pertenencia al Grupo de Control Vacunal y que podrá presentar a requerimiento de cualquier autoridad. También un códifo QR que expondrá esos mismos datos, similar al Pasaporte Covid.
El Grupo contará con una poderosa asesoría legal y de defensa, suficiente para garantizar la integridad de los derechos fundamentales de todo inscrito en el GCV. Absolutamente. Gratis.
El Grupo de Control Vacunal deja claro que su ánimo es servir a la ciudadanía, a pesar de las evidente pésimas intenciones que el Estado, las insituciones supranacionales y las multinacionales farmacéuticas tienen.
Ácratas colaborará con La Quinta Columna y otras organizaciones que abogan por el control vacunal para colaborar en la implementación del grupo.
III
El ámbito del GCV es internacional, no se limita a España.
Estamos convencidos de estar prestando con esta propuesta un servicio público (para el público, no para la corrupta Cosa Pública) insustituible. Esperamos la colaboración de todas las entidades interesadas en acabar con esta ficción pandémica que llena los bolsillos de unos cuantos y está causando tantas desgracias en vidas y en relaciones familiares. Esperamos detener la degradación social que se constata en España donde todos desconfían de sus vecinos y los consideran asesinos contagiadores. Un vergüenza nacional.
Salud para todos.
(Visto en https://acratasnet.wordpress.com/)
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