Presidente de un gobierno que no merecemos, pero que alianzas de las que inicialmente abominabas nos han hecho tener que aceptar:
Nunca me he dirigido personalmente a tí, como sí hice con tu antecesor, pero hoy quiero recordarte algo que seguro no quieres ni considerar, y que se resume en una sola palabra: coherencia. La que, dimitiendo, tuvo tu conmilitón Corcuera cuando el más alto tribunal señaló la inconstitucionalidad de la "Ley de la patada en la puerta". Con la diferencia de que él propuso, y aquella ley infame nunca llegó a entrar en vigor, mientras que las medidas desproporcionadas, ineficaces y dictatoriales que tú nos impusiste han estado vigentes el tiempo que te ha dado la gana, o que te han ordenado tus amos.
Hoy el Tribunal Constitucional acaba de dictaminar que violaste la Carta Magna -esa que juraste aplicar y defender- con un estado de alarma que nunca te legitimó para quitarnos libertades, imponernos medidas coercitivas y lesionar nuestros derechos. Has actuado como un dictadorzuelo de opereta, un analfabeto jurídico, ... y ya no lo puedes ocultar. ¿Vas a dimitir, como haría alguien con un ápice de vergüenza, como se estila en Europa por mucho menos? Creo que la respuesta la conocemos los dos, te gusta demasiado el poder, el Falcon, presidir consejos de incapaces promovidos a ministros, ... te gustas demasiado a tí mismo para asumir los errores que están costando la prosperidad del país, la confianza en el futuro y la vida de tantos compatriotas.
Pedirte dignidad en este momento es apelar a algo que, al parecer, repugna profundamente a tu modo de ser, el de un sociópata al que no tiembla el pulso a la hora de imponer un secuestro de la población que constituye un golpe de estado "de facto" por el que la historia te tratará como a un apestado moral, como ya te tratan los próceres de nuestro entorno mientras buscas la foto que testimonie que aún eres alguien, cuando solo eres "algo": una caricatura de líder, un invitado inevitable al que todo el mundo ningunea, un chiste de mandatario en la época en que más fácil sería el eludir esa imagen, a la luz de la "parada de los monstruos" que encarnan el demenciado Biden o el trazo grueso de un Boris Johnson a cuyo lado los protagonistas de "Dos tontos muy tontos" encarnan cierta dignidad. Pero incluso esos guiñoles ambulantes mantienen las distancias contigo. ¿Por qué será?
Tu reacción al varapalo que recibes hoy te retrata de forma definitiva, y es como al don Tancredo que se pone de perfil ante cada coyuntura trascendente, el títere de Soros que no sabe actuar sin encarnar la voz de su amo, el retrato de trazo grueso de alguien inexplicablemente promovido a gobernante que hará bueno hasta al más deplorable de sus predecesores.
Ni hay ni puede haber respeto alguno en mi misiva. Creo que eres escoria, y que lo vas a confirmar con tu silencio, o, peor aún, con alguna de esas declaraciones rimbombantes que el idioma ha catalogado como "brindis al sol", tipo "Respeto la sentencia, aunque no la comparta" (1) que te dictará el Iceta de turno. Y es que tu corte de los milagros es ya una corte de los bochornos que nada ni nadie puede disimular. Cada uno de tus apoyos apesta.
Por no alargarme: dimite de una puta vez y libra al país de la lacra que encarnas. En buena ley, no tienes otra salida. Aunque lo que te importa la ley ya lo has dejado claro.
Sin ningún respeto por tu indignidad, se despide el llamado "posesodegerasa".
(1).- En los términos exactos en que he publicado esta entrada a las 15.52 de la tarde compruebo, llegado a casa a las 23.00, que lo que anunciaba se cumple con precisión suiza, con el monosabio de turno usando exactamente las palabras que dije que iba a usar. Esta gente es absolutamente previsible, no se salen del guión. Lerdos sin reflejos ni imaginación abonados al "sostenella y no enmendalla":
Prevaricación: nivel máximo; imaginación: ausente. Ni una multa puesta bajo una legislación de chichinabo es aplicable ya. Daría risa si no fuera por el daño que están haciendo a la convivencia. |
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