Un estudio reciente publicado en el National Center for Biotechnological Information, que depende de los Institutos Nacionales de Salud, mostró que las máscaras no tienen efecto alguno en la prevención de la propagación del COVID-19, y que su uso es, de hecho, dañino.
NOQ Report publicó al respecto:
“¿Le llegó alguna información sobre el estudio revisado por pares realizado por la Universidad de Stanford que demuestra más allá de toda duda razonable que las mascarillas no tienen absolutamente ninguna posibilidad de prevenir la propagación de Covid-19? ¿No? Se publicó en el sitio web del gobierno del Centro Nacional de Información Biotecnológica. El NCBI es una rama del Instituto Nacional de Salud, por lo que uno pensaría que tal estudio sería ampliamente divulgado por los principales medios de comunicación y aceptado por la gente “amante de la ciencia” en Big Tech.
En cambio, una búsqueda de DuckDuckGo revela que ningún medio convencional de comunicación lo recogió, y los inquisidores de las redes sociales suspenden la cuenta de las personas que lo publiquen, como fue el caso de varios usuarios de Twitter.
Twitter has suspended @CortesSteve for citing a Stanford NIH study about masks. pic.twitter.com/2y460zkN0Z
— Raheem Kassam (@RaheemKassam) April 17, 2021
El estudio NCBI comienza con el siguiente resumen:
Muchos países de todo el mundo utilizaron máscaras faciales médicas y no médicas como intervención no farmacéutica para reducir la transmisión y la infectividad de la enfermedad por coronavirus-2019 (COVID-19). Aunque se carece de evidencia científica que respalde la eficacia de las mascarillas, se han establecido efectos adversos fisiológicos, psicológicos y de salud. Se ha planteado la hipótesis de que las mascarillas han comprometido el perfil de seguridad y eficacia y deben evitarse su uso. El artículo actual resume de manera integral las evidencias científicas con respecto al uso de mascarillas en la era COVID-19, proporcionando información útil para la salud pública y la toma de decisiones.
El estudio concluye:
Las evidencias científicas existentes desafían la seguridad y eficacia del uso de mascarilla como intervención preventiva para COVID-19. Los datos sugieren que tanto las mascarillas médicas como las no médicas son ineficaces para bloquear la transmisión de persona a persona de enfermedades virales e infecciosas como el SARS-CoV-2 y COVID-19, lo que desaconseja el uso de mascarillas. Se ha demostrado que el uso de mascarillas tiene efectos fisiológicos y psicológicos adversos sustanciales. Estos incluyen hipoxia, hipercapnia, dificultad para respirar, aumento de la acidez y toxicidad, activación de la respuesta al miedo y al estrés, aumento de las hormonas del estrés, inmunosupresión, fatiga, dolores de cabeza, disminución del rendimiento cognitivo, predisposición a enfermedades virales e infecciosas, estrés crónico, ansiedad y depresión. Las consecuencias a largo plazo del uso de mascarilla pueden causar deterioro de la salud, desarrollo y progresión de enfermedades crónicas y muerte prematura. Los gobiernos, los responsables de la formulación de políticas y las organizaciones de salud deben utilizar un enfoque riguroso y basado en pruebas científicas con respecto al uso de mascarillas, cuando este último se considere una intervención preventiva para la salud pública.
Aquí está la tabla de los efectos fisiológicos y psicológicos de usar una mascarilla:
Y aquí el link al estudio completo.
(Fuente: https://americanconservativemovement.com/; visto en https://melvecsblog.wordpress.com/)
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