miércoles, 13 de noviembre de 2024
LA GRAN ABDICACIÓN
La chica tenía 14 años, y me contaba que había decidido cambiarse de sexo.
- No quieres cambiarte de sexo, -le contesté- lo que quieres es dejar de sentirte mal, sola en un mundo inmenso, ya armado, y que no tiene lugar para vos.
Se quedó un minuto en silencio.
- Si, así me siento, ¿como lo supo? -y luego prosiguió, empecinada- la IA me dijo ...
- La IA nunca fue adolescente, yo si.
- Pero mis padres, mis profesores, tuvieron mi edad, y les parecía bien que me opere.
- Ellos abdicaron, yo no.
Si tuviese que ponerle un nombre a la era historica nacida en 2020, la llamaría La Gran Abdicación.
Los médicos abdicaron a serlo, se convirtieron en soldados de la farmafia. La mayoría; otros arriesgaron sus carreras y plantaron cara.
Los abogados, especialmente los jueces y los grandes constitucionalistas, abdicaron de su condición de garantes de la Ley y la Constitución. La excepción estuvo marcada por varios abogados de trinchera, no los que están en despachos con aire acondicionado, sino los que vemos recorriendo los tribunales, o metiendo sus zapatos en el barro buscando una prueba que exhonere o condene a alguien.
Los veterinarios permitieron el exterminio de millones de mamíferos, presuntamente portadores de una cepa maligna, sin jamás exigir los estudios. La excepción fueron unos pocos, justamente aquellos que no vemos dando conferencias en la universidad, sino saliendo a cualquier hora a salvar una animalito en medio del campo, acariciando afectuosamente la cabeza de una vaca, o no escatimando anestesia, aún cuando no pueden pagársela.
Los psicólogos, con excepciones, sabiendo que la sexualidad infantil es polimófica, que todavía no está totalmente formada, permitieron las horrorosas operaciones de cambio de sexo.
Los docentes abdicaron como tales, permitieron que en nombre de una falsa "educación sexual" se corrompa a sus alumnos, se los incite a cambiar de sexo, se los confunda. Unos pocos plantaron cara.
Los padres abdicaron como tales.
-Dejé que pincharan a mi hijito porque vivimos con mis padres, y son mayores, y dice la tele que se pueden morir.
Traicionaste a tu hijo, tu deber era cuidarlo, no someterlo a un experimento. Tu responsabilidad de padre es infinitamente mayor a tu responsabilidad de hijo.
Me sorprendió que abdicaran los comerciantes. En la saga de ciencia ficción "Fundación", los comerciantes eran los ultimos en caer en el control mental ejercido por el tirano. Según Asimov, estos eran más independientes de criterio y menos suceptibles a una guerra psicológica que un asalariado.
Así debía ser, no fue, los comerciantes se convirtieron en adalides de la dictadura sanitaria, comisarios del bozal, y no dudaban en expulsar a cualquier cara libre.
No me extrañó en cambio la traición de los periodistas, pero también ahí hubo una minoría de héroes, como ocurrió con algunos rockeros, cantantes y actores.
Nunca más puede la humanidad darse el lujo de abdicar así, cuando alguien confía en vos, tu deber es, aún a riesgo de quedar fuera de la manada, honrar esa confianza.
Ahora estamos más preparados.
A los que estuvieron a la altura, mis felicitaciones, a los que no, no se preocupen, pronto tendrán una nueva oportunidad de convertirse en héroes.
Horacio Rivara
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