Cyrille Martin, un cineasta contracorriente que se ha atrevido a denunciar las inconsistencias de esa gran farse que fue el juicio del 11-M |
Lo ha hecho a través de un documental autoproducido titulado Un nuevo Dreyfus, Jamal Zougam ¿chivo expiatorio del 11-M?, publicado en la red y que cierra esta entrada. Estará disponible hasta el próximo 11 de marzo, día en el que se cumplirán 13 años de la masacre.
Cyrille Martin confiesa que su intención es la de "reabrir el debate sobre el 11-M" desde la sospecha de que el único condenado como autor material de la masacre, Jamal Zougam es, en realidad, inocente.
A lo largo del documental de hora y media, Martin desgrana el caso y las sospechas que condujeron hasta Jamal Zougam, sospechas que apuntan a que todas las pistas que dieron con los huesos del marroquí en la cárcel proceden de fuentes policiales sin identificar o de testimonios de dudosa veracidad, como el de las dos testigos rumanas que se desdijeron de sus declaraciones originales años después del atentado, para situar a Zougam al mismo tiempo en dos trenes distintos. Este testimonio, valió el ingreso en prisión y la condena a 42.000 años de cárcel para Jamal Zougam, pero para las testigos significó su reconocimiento como víctimas de la masacre –que les había sido denegado previamente– y el consiguiente acceso a una sustanciosa indemnización.
Jamal Zougam, único condenado como autor material del 11-M |
El cineasta francés divide el documental en ocho puntos fundamentales: la cobertura mediática, la instrucción, el juicio, la bolsa, los explosivos, Leganés, los testigos, la sentencia.
La prueba de la mochila de Vallecas –que él llama "extraña bolsa"– es la pieza clave sobre la que gira el caso, cuyo origen es difuso y sin confirmar, ya que apareció sin más.
Analiza otras pruebas como el Skoda Fabia, que fue encontrado con una auténtica colección de pruebas islamistas. Según dice Martin en su documental, las huellas dactilares que se encontraron en su interior fueron atribuidas a personas completamente distintas según las diferentes versiones que circularon de los análisis.
Sobre la instrucción recuerda que las supuestas huellas dactilares de Jamal Zougam en la furgoneta que supuestamente transportó los explosivos, o las que se situaron en la casa de Morata de Tajuña donde se supone que se fabricaron las bombas, no existieron.
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No podía faltar el arma del crimen, el explosivo, que tampoco quedó claro en el juicio ni en la sentencia, ya que los peritajes hablaron de Tytadin, pese a que en la sentencia se dice que explotó goma2-ECO. También destaca Martin que durante tres años no se hicieron públicos los componentes de la dinamita que se analizó.
Las testigos rumanas o el episodio de la explosión en el piso de Leganés también se desgranan en este documental, exponiendo las lagunas en la vinculación de estas declaraciones y acontecimientos con la condena de Zougam.
Finalmente, Cyrille Martin analiza la sentencia, tras desgranar el rosario de pruebas de dudosa fiabilidad que representan la columna vertebral del definitivo fallo judicial. El cineasta francés se confiesa estupefacto ante la rotunidad de una sentencia que da por buenas pruebas y testimonios que, según dice, no merecen credibilidad alguna.
(Fuente: Libertad Digital)