Badfinger fue un cuarteto radicado en Gales sobrado de talento e ingenuidad a los que unos Beatles reconvertidos en empresarios ficharon para su sello Apple Records. Su segunda grabación patrocinada por los de Liverpool, "No dice", es la piedra seminal de lo que luego sería llamado "Power Pop": canciones luminosas de contundentes estribillos y barrocos arreglos instrumentales heredados de los Beach Boys combinados con el estilo de armonías vocales que los "Fab Four" habían popularizado. Y entre otras gemas pulidas en forma de sinfonía de cuatro minutos, como la saltarina "No matter what" que veinte años después versionarían sus herederos indiscutibles, los californianos Jellyfish (una extraordinaria banda de culto que merece otra entrada), allí estaba la canción que el mismísimo Paul McCartney calificó de "la más increíble de todos los tiempos": "Without you", que en la versión hiper-arreglada de Harry Nilsson se convertiría en un hit absoluto, un clásico instantáneo que mantiene intacto su prestigio.
El autor de la tonada era el veinteañero Pete Ham, un espíritu inquieto y creativo que conquistó al lúcido George Harrison hasta el punto de convertir a Badfinger en la banda con la que grabó su "All things must pass", número uno en todo el planeta. Tampoco a Lennon se le escapó que aquella era la compañía con la que superar el trauma de la disolución de los Beatles, por lo que invitó al grupo a la grabación de "Imagine". Con esos padrinos nada podía ir mal, o, al menos, no debía ir mal. Porque la realidad es que el grupo había confiado sus finanzas a un gangster llamado Stan Polley que se adueñó de todo el dinero que los confiados Badfinger producían a raudales, los apartó de la órbita de Apple y terminaría por desaparecer con toda la fortuna que les había estafado.
Cuando Badfinger emprendieron el inevitable tour estadounidense, Pete se enamoró de una chica norteamericana a la que trajo de vuelta a su añorada Inglaterra, y a la casa sin nevera ni televisión que el cuarteto, pobre de solemnidad pese a su increíble éxito, compartía. La chica alucinó. Pete no podía ni pagar la hipoteca, y criar a su primer hijo, Blair, junto a su joven esposa se convirtió en un reto que le superaba.
Pete Ham junto a un tal George Harrison |
"Anne, te quiero. Blair, te quiero. Ya no puedo querer a todo el mundo y confiar en cualquiera. Esto es lo mejor. Pete. PS: Stan Polley es un cabrón desalmado. Me lo llevaré conmigo".
El grupo no superó el suicidio de su líder, sobreviviendo los demás integrantes con malos oficios. Se volverían a reunir en 1979, pero la maldición volvío a cebarse en ellos: perdida la camaradería inicial, disputas económicas y problemas contractuales llevaron a Tom Evans, el colega y co-compositor junto a Pete Ham de algunas de las grandes canciones de la banda a colgarse de un árbol de su jardín. Habían pasado siete años del suicidio de su mejor amigo.
Badfinger, talento y mala suerte ambos en talla XXL |
En los 90 la canción "Without you" volvió al número uno de las listas en una edulcorada versión de Mariah Carey que vino a coincidir con la muerte, alcoholizado, de Harry Nilsson. El legado de un grupo extraordinario era saqueado una vez más por cantantes huecos que no les llegaban a la suela de los zapatos, pero que hicieron rentable el talento de aquéllos inocentes muchachos vampirizados por los depredadores de la industria discográfica.
Queda el volver a escuchar tres albumes, "No dice", "Straight up" y "Wish you were here", de "los que ya no se hacen", y que nos hacen añorar lo que Badfinger pudo haber sido de no haber resultado sepultados por una mala suerte de proporciones bíblicas.
(posesodegerasa)